Daniel Thornhill, científico conservacionista de la vida silvestre asegura que la estructura social y el comportamiento de los lobos es más complejo de lo que se pensaba, dicho que confirman los últimos estudios.

Los lobos sobreviven a los peligros y la competencias a través de la cooperación de la manada, los miembros de una manada cazan juntos, crían a los cachorros y defienden su territorio y alimento, de otras mandas de lobos.

Los lobos desarrollan naturalmente una jerarquía, donde el lobo más dominante actúa como "líder de la manada"; los lobos en ocasiones compiten por el liderazgo y las peleas dentro de una manada por esa motivo son raras, sin embargo, los científicos no habían logrado comprender cómo manejaban o eliminaban el conflicto al interior, pero un nuevo estudio permite alumbrar el camino hacia el entendimiento.

Los lobos son animales muy inteligentes que han desarrollado un sistema de comunicación con el que mantienen la jerarquía y dirimen los conflictos, mientras refuerzan las relaciones entre los miembros  de la manada, por ejemplo, un lobo subordinado tiende a echarse sobre su espalda con la cola entre las patas, exponiendo abdomen y garganta a un macho dominante.

Las relaciones de dominación-subordinación, permiten que entre dos individuos se mantenga el orden y se prevenga la violencia.

Sin embargo, cuando el conflicto explota, los lobos también tienen mecanismos para manejarlo, de hecho un estudio en Yellowstone, observó a dos manadas: la manada Druid Peak y la manada Blacktail Deer Plateau desde 2008 hasta 2009.

Los científicos monitorearon y registraron las luchas para comparar los resultados de las observaciones, con aquellos tiempos en que no se registraron conflictos en la manada y descubrieron que tras una disputa, el lobo subordinado buscaba reconciliarse con el más dominante, de hecho rozaba y lamía su hocico, expresando de esta manera sus disculpas.

A través de estos comportamientos, los lobos reducían la tensión entre los grupos, demostraban respeto y prevenían la violencia futura, incluso entre más fuerte había sido la confrontación, mayor número de comportamientos amistosos le seguían, como tocar el hocico, lamer, contacto visual, saludos, inspección, juego u olfatear.

Resolviendo y diluyendo el conflicto, los lobos garantizaban su cohesión como grupo y aseguraban su territorio de caza, por ello se concluyó que sus habilidades sociales e inteligencia eran mayores a las que se les adjudicaba.

Con información de Defenders of the Wildlife