David Motadel, historiador de la Universidad de Cambridge, ha escrito un libro que pone al descubierto la relación que hubo entre Hitler y le Islam durante la época del mandato nazi y la Segunda Guerra Mundial.

De acuerdo con su texto, "El islam y la guerra de la Alemania nazi", el líder del nacional socialista, veía en la religión musulmana una ideología acorde al "temperamento alemán", el cual se destacaba por ser guerrero y avasallador; señalaba que esa era la verdadera religión de los hombres, contrario a lo establecido por la estructura judeocristiana, la cual le parecía inmunda, somnolienta, sólo basada en obediencia y palabrerías sacerdotales. Menciona que incluso le llegó a comentar al arquitecto, Albert Speer, que el pueblo germano había elegido la religión equivocada.

Señala que, si bien había musulmanes luchando tanto en el Eje, como con los Aliados; eran los primeros quienes tenían un vínculo especial con las tropas nazis (lo llama "conexión político-espiritual"), pues odiaban la democracia liberal, a los judíos y a los bolcheviques. Uno de los actos más importantes fue en abril del 42, cuando Hitler declaró que el islam es "incapaz de (cometer actos de) terrorismo".

Entre las muchas cosas que generó esta relación "amistosa", se encuentra: la inclusión de los musulmanes de los Balcanes entre los pueblos racialmente valiosos para Europa; la integración de miles de "musulmanes alemanes" para servir en la SS, por parte de Haj Amin al Husseini, líder de los árabes palestinos; y la creación en Dresde de la Escuela Militar de Imanes, por parte del mismo Husseini y Himmler, comandante en jefe de la SS.

Al término de la guerra, varios de los nazis musulmanes escaparon de las autoridades aliadas y se integraron al gobierno de Arabia Saudita como asesores.

Con información de RT.