En un trabajo conjunto, científicos de la UNAM y la NASA, recrearon la atmósfera de varios planetas en los que podría existir indicios de vida, esto con el fin de dar cuenta de las peculiaridades del entorno y empatarlas con las de la Tierra, único astro conocido en donde se ha llevado a cabo un desarrollo biológico.

Sus resultados arrojaron que, en la simulación, los cuerpos celestes poseen una gran cantidad de ozono (O3), algo inesperado debido a que el compuesto se deriva del oxígeno; en las atmósferas ese elemento era por demás pobre, siendo generado por reacciones químicas, principalmente.

De acuerdo con Shawn Domagal-Goldman, del Centro de Vuelo Espacial Goddard, lo anterior refuerza la creencia del que el principal indicador para determinar si un planeta tiene o podría generar algún tipo de vida, es la presencia de metano y oxígeno (o metano y ozono enlazados); esto debido a que el primero es rápidamente reemplazado por el segundo, que a su vez, se manifiesta en grandes cantidades debido a la acción biológica.

Así, si una atmósfera contiene metano y oxígeno, significa que el gas pesado está siendo reemplazado de manera continua, indicando una fuerte actividad biológica. A mayor producción y cantidad de oxígeno, es más probable que se encuentren formas de vida.

No obstante, Antígona Segura Peralta, del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM; menciona que aún se debe de trabajar en la identificación de la producción de corte "biológica" y aquella derivada de una forma química. Para ello hay que entender no sólo cómo la presencia de vida puede cambiar la estructura de un planeta, sino el funcionamiento mismo de éste, así como las características del sistema estelar en que se inserta.

Con los resultados obtenidos, se planea hacer una serie de recomendaciones acerca de los requerimientos para los próximos telescopios espaciales que estén diseñados para buscar vida en los exoplanetas.

Con información de El Universal.