A través de la revista científica Nature se dio a conocer el hallazgo del que sería el fósil más antiguo del mundo, en el cinturón de Nuvvuagittuq, en Quebec, Canadá. Se cree que tendría al menos 3770 millones de años, lo cual rompería con las estimaciones de cuando se habrían dado los primeros indicios de vida en la Tierra.

La afirmación acerca de la posibilidad de la vida en el planeta antes de lo establecido, se debe a que localizaron en ella filamentos y tubos encerrados en capas de cuarzo, que se supone, pertenecen a las bacterias que vivían en el hierro de la época.

Asimismo, se menciona que estas formas de vida, así como el fósil, podrían proceder de algún lugar donde hubiera gran presencia de agua a temperaturas por arriba de la ebullición, como fuentes hidrotermales, mismas donde abundaba el señalado hierro.

Obviamente, una afirmación tan lapidaria como lo es el cambio en el estatuto de la aparición de la vida necesita fundamentos sólidos; para determinar que las formas localizadas no correspondían a la erosión, la temperatura o la presión, se analizaron sistemáticamente cada una de las formas. Al final se determinó que ninguno de los fenómenos mencionados podrían haber provocado los accidentes encontrados en la pieza.

Este descubrimiento refuerza la idea de que la vida surgió de los mantos hidrotermales del fondo del mar poco tiempo después de la formación del planeta; menciona Mateo Dodd del University College de Londres.

Con información de ABC.