Una vacuna que detendría la reaparición y el desarrollo de los cánceres de mama y ovario, podría estar disponible en el mercado dentro de unos ocho años, revelaron científicos de la Clínica Mayo, en Estados Unidos.

Saranya Chumsri, oncóloga del centro médico de renombre mundial, explicó que el inmunizante en el que trabaja junto con un grupo de especialistas, entrena al sistema inmunitario para reconocer y eliminar las células cancerígenas.

Destacó que según los resultados de los ensayos clínicos realizados en etapas iniciales, la vacuna parece haber eliminado con éxito las células malignas en un paciente, y otro está mostrando resultados positivos.

"Se supone que estimula la respuesta inmune de un paciente para que las células inmunes, como las células T, entren y ataquen el cáncer”.<br>

Saranya Chumsri, oncóloga de la Clínica Mayo

Keith L. Knutson, investigador de la institución radicada en Jacksonville, Florida, dijo que hoy en día los estudios para elaborar el inmunizante se encuentran en sus primeras etapas y pasarán al menos tres años antes de que un ensayo de fase 3 de la vacuna esté disponible para un gran número de pacientes.

‘’Es razonable decir que podríamos tener una vacuna dentro de ocho años que podría estar disponible para los pacientes a través de su farmacia o médico’’.

Keith L. Knutson, inmunólogo de la Clínica Mayo.

Ante ello, destacó que los inmunólogos de la Clínica Mayo ya cuentan con dos vacunas contra el cáncer de seno triple negativo y el cáncer de seno positivo HER2, respectivamente.

Además, dijo, están trabajando en una tercera contra el carcinoma ducal in situ (DCIS), un tipo de cáncer de seno no invasivo, que cada año registra un promedio de 300 mil nuevos casos en Estados Unidos.

“No hemos visto ningún evento adverso que esté causando problemas, además de la irritación en el área, similar a una vacuna contra la gripe". <br>

Keith L. Knutson, inmunólogo de la Clínica Mayo.

Sin embargo, el investigador dijo que todavía necesitan convencer a la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés), con base en ensayos clínicos sólidos y rigurosos. 

No obstante, el especialista sido que su equipo confía en que su tratamiento resistirá el examen.

Otro inconveniente, señalaron los investigadores, es que el proceso para la creación de la vacuna resulta muy costoso, pues un ensayo clínico de fase 2 puede costar entre 12 y 20 millones de dólares (entre 230 mil y 385 mil millones de pesos mexicanos), pero cuando se trata de ensayos en fase 3, los costos se pueden duplicar.

Con información de bigthink.com.