Existen palabras que pueden herir demasiado a una persona; no importa si las usas para buscarle un bien. Cuando tratas de acercarte a alguien que tiene sobrepeso, es importante que cuides lo que vas a decir, para evitar herirla.

“Deberías adelgazar”, “ya estás muy panzón”, “¿Ya viste las lonjas que tienes?”, son solamente algunas frases que utilizamos de manera común, y aunque muchas de ellas las decimos en tono de broma, lastiman a quien las escuchan.

No existe un gordito feliz, eso es un hecho. Y según la especialista María Amaro, médica nutricionista y directora de la Clínica Feel Good, existe una forma más efectiva y menos hiriente de hacer entrar a alguien en razón respecto a su peso.

Según Amaro, la palabra perfecta para invitar a alguien a bajar de peso es “Salud”. Muchas veces nos ofendemos por cómo nos vemos o cómo nos dicen que lucimos, y es en ese momento donde se nos olvida la salud y nos clavamos en lo estético.

Es momento de llevar el tema de la obesidad mucho más allá de algo estético, se trata de un problema de salud y ponerle fin a esos kilos extras, no es un capricho, una moda, o un asunto banal.

“Pedirle a alguien que baje de peso por salud no es sino algo necesario para evitar las complicaciones sobreañadidas que esta trae consigo (hipertensión, diabetes, ictus, problemas cardiovasculares, problemas traumatológicos...). Para esto además no hace falta ser muy mayor, ni estar muy gordo, sino sencillamente tener algunos kilos de más que tu cuerpo va a aumentando progresivamente año tras año”, dijo la especialista.

Para Amaro, la forma más importante de cuidar y guiar a alguien que necesita adelgazar, es transmitirle la idea de cuidar su salud. “Que no buscamos que se meta en una talla pequeña, sino que es necesario tener un cuerpo sano, y mantenerlo en el tiempo, porque es el único que tenemos. No hay cambio”, reveló.

Lo que no hay que hacer, prosigue, “ no es bombardear a esa persona con imágenes de tipazos, sino con lo bien que se va a sentir cuando empiecen a dejar de dolerle las rodillas”. Al fin y al cabo, concluye, “nacimos para ser reales, no perfectos. Y un cuerpo sano significa bonito, pero no según los cánones que establece la moda. La salud implica belleza, tanto física como mental, y esto no se puede medir según unos cánones estéticos”.

Con información de ABC.