Tras 20 años de haber estado presa por el asesinato de su ex esposo, Patrizia Reggiani, viuda de Gucci, ha salido en libertad.

La italiana fue condenada en 1997 a 26 años en prisión por encargarle al sicario Benedetto Ceraulo el asesinato del modisto Maurizio Gucci, quien falleció a tiros el 27 de marzo de 1995 frente al portal de su empresa en Milán.

La pareja ya tenía 10 años divorciada y aunque siempre se jactó de ser inocente, Reggiani tuvo que cumplir su condena en la penitenciaría milanesa de San Vittore, donde su sentencia fue reducida por buen comportamiento. Ahora, la jueza del Tribunal de Vigilancia Penitenciaria, Roberta Cossia, decidió exonerar a Reggiani para que cumpla sus 3 años de condena restantes en libertad vigilada, situación solicitada por la defensa y secundado por la Fiscalía.

Además de su libertad, “la viuda negra de la moda”, recibirá una pensión de un millón de euros al año (1,05 millones de dólares), un contrato que había firmado con Gucci dos años antes de ser asesinado. Pero eso no es todo, Reggiani también recibirá 24 millones de euros (25,3 millones de dólares) atrasados, una cantidad que tendrá que ser abonada por las hijas y únicas herederas de Gucci, Allegra y Alessandra.

¿Y los sicarios?

Para empezar, Pina Auriemma, la amiga de Reggiani que influyó en la decisión del asesinato, fue condenada a 19 años en prisión.  Benedetto Ceraulo, conductor del vehículo desde donde le dispararon al modista, fue condenado a 29 años tras las rejas y  la mente criminal detrás del hecho, Orazio Cicala, solamente a 26 años.

Con información de EFE.