Olvídate de las llamadas a tu ex cuando se te subieron los alcoholes, eso es una justificación más a un deseo reprimido que muchas veces se controla con el hecho de aceptar que tu ex, es tu ex por algo…

Antes de oprimir el iconito de llamar, detente 3 segundos a meditar si realmente es lo que quieres hacer o si simplemente es un ataque de ansiedad que puedes sustituir con otra cosa. A veces funciona tener un placebo o sea, poner el nombre de algún amigo o amiga que te dará una buena lección si le marcas en lugar de tu ex, porque al final de cuentas ellos son los que nos observan muy por afuera de la situación y nos pueden equilibrar; sin embargo, si eso no te funciona, intenta lo siguiente:

1. Haz una lista 

Si sabes que las cosas no funcionaron, no hagas de esos puntos algo que se te olvide. Se vale recordar las cosas malas sobre las buenas para ser determinante y dejar de flagelarnos…  Escribe lo que te hizo sufrir. Recuerda las veces que lloraste, los días en los que tuvo que estar y no estaba o cualquier cosa que lo baje de ese pedestal en el que le rindes adoración.

2. Recuerda lo que no te gustaba de esa persona

Todo mundo tiene cosas que nos chocan y que por amor ignoramos. No importa que sea la cosa más mínima, desde como mascaba el chicle, como hablaba, toooodo cuenta. Una vez que sepas a la perfección las cosas que odiabas. ¡Si funciona!

3. Tapa esa vocecita interior con otras

Cuando no te funciona nada de lo anterior, lo mejor es tapar tu voz interna (que solo te está diciendo tonterías) con una serie, una película o cualquier cosa que te entretenga. Primero, porque todos tenemos en la recámara algo que siempre nos anima o nos hace estar entretenidos. Y segundo, porque según el dramón que estés pasando, muchas veces la ficción te ayuda a ver que podría ser peor o incluso a alegrarte la vista.

4. Aplica el “qué pasaría si…”

Ok, te da igual lo que otros te digan y aún así piensas en llamar… Ponte a pensar en qué le vas a decir y sobre todo, cómo vas a mantener esa conversación, imagina sus respuestas o sus silencios, sus reacciones, o si está con alguien más. ¡Todo!

5. Típica de mamá: “Tú sabrás”

Piensa en todos los ” tú sabrás”, “te lo dije” y “¿para qué llamas?” que vas a tener que aguantar si algo no sale como lo esperas… ¡Olvídalo!