Esta es la primera vez que México contará con una exposición pública del artista español más reconocido a nivel internacional, Jaume Plensa, quien cuenta con una larga trayectoria y obras ubicadas en varias partes del mundo, por ejemplo en Gran Bretaña, Japón, Alemania, Suecia, Canadá, Estados Unidos, Australia o China.

A partir del 23 de octubre de este 2019, y hasta el 24 de febrero del 2020, el MUNAL de la CDMX lucirá Behind The Walls, una gigantesca cabeza de mujer con dimensiones de más de siete metros de altura y un peso de dos toneladas (mil kilogramos) que la ha convertido en la más fotografiada de Nueva York

El MUNAL de la CDMX expondrá la escultura más fotografiada de Nueva York

En conjunto con la exposición, el museo tiene planeadas diversas actividades alrededor de la obra de Jaume Plensa, con el objetivo de que los visitantes se adentren a su trabajo y conozcan un poco más sobre su vida.

"Entre el allí y el aquí, Behind The Walls dejará un mensaje difícil de olvidar a todos aquellos que hayan vivido la experiencia de estar en su presencia"

Carmen Reviriego, presidente de Fundación Callia.

El creador nació en Barcelona en el año de 1955 y a lo largo de su carrera ha obtenido premios como la Medaille de Chevalier des Arts et des Lettres, del Ministerio de Cultura de Francia en 1993, el Premio Nacional de Bellas Artes, del Gobierno de España en 2012, y el título de Doctor Honoris Causa del Art Institute of Chicago en 2005.

"Con las manos que construyen muros, también se puede tomar responsabilidad"

Entre sus esculturas más famosas se encuentran la Crown Fountain en el Millennium Park de Chicago, Roots, en las Toranomon Hills de Tokyo, Awilda, en el Pérez Art Museum de Miami, o Rui Rui, en el Palazzo Cavalli-Franchetti de Venecia.

Con respecto a la Behind The Walls, Carmen Reviriego, presidente de Fundación Callia y comisaria de la exposición, explica que se trata de un espejo que arroja al observador a preguntas del tipo: ¿Quién decide lo que no queremos ver? ¿de qué lado quedamos en los muros que construimos? ¿desaparece el mundo que no nos gusta por el mero hecho de no verlo? y ¿es realmente una opción no mirar?