Existen muchos misterios que la ciencia aún no ha podido develar ni con el paso del tiempo. Sin embargo las nuevas invenciones tecnológicas han podido dar fin a algunas incógnitas del pasado, como es el caso del primer esqueleto de dinosaurio completo hallado hace más de 160 años.

Tras un arduo trabajo que comenzó en el siglo XIX, por fin de pudo determinar a que especie pertenece el esqueleto hallado en la Costa Jurásica del oeste de Dorset en Gran Bretaña: Se trata del dinosaurio Scelidosaurus.

El esqueleto completo se fosilizó en unas rocas hace aproximadamente 193 millones de años, cerca del principio de la Era de los Dinosaurios.

El esqueleto encontrado fue enviado al paleontólogo Richard Owen, quien haría serias contribuciones al área desde entonces y a quien se le atribuye la invención de la palabra “dinosaurio”.

Owen publicaría dos artículos sobre la anatomía del esqueleto pero muchos detalles quedaron al aire al no existir una reconstrucción como tal ni hubo un intento de corelacionarlo con otros dinosaurios -su especie- de su época por lo que quedó olvidado, solo plasmado en la literatura pero sin estudiarlo a fondo.

El Scelidosaurus fue un antepasado

Es por eso que, durante los últimos tres años David Norman del Departamento de Ciencias de la Tierra de Cambridge ha intentado terminar lo que una vez comenzó Richard Owen: detallando y describiendo biológicamente al primer esqueleto del dinosaurio hallado conocido como Scelidosaurus que, actualmente se encuentra bajo resguardo en el Museo de Historia Natural de Londres.

Norman ha publicado hasta el momento una serie de cuatro estudios en el Zoological Journal of the Linnean Society of London en donde reconstruye la apariencia física del Scelidosaurus y dan cuenta que en realidad se trató de un antepasado del Anquilosaurus, es decir de los dinosaurios que eran una especie de “tanque blindado” existente en el Cretácico tardío.

“Nadie sabía que el cráneo tenía cuernos en el borde posterior. Tenía varios huesos que nunca han sido reconocidos en ningún otro dinosaurio. También queda claro que la postura rugosa de los huesos del cráneo que en vida estaba cubierto de córneos endurecidos, un poco como los escudos en la superficie de las tortugas vivas. De hecho todo su cuerpo estaba protegido por una piel que anclaba una serie de púas y placas óseas en forma de tachuelas” David Norman

Con información de Europa Press.