Un equipo internacional de paleontólogos descubrió un escarabajo bioluminiscente perfectamente bien conservado en ámbar desde hace 99 millones de años, que sería el 'eslabón perdido' entre los insectos bioluminiscentes prehistóricos y las luciérnagas modernas.

Según un comunicado de la Universidad de Bristol, en Reino Unido, se sabe muy poco acerca de las transiciones que experimentó la evolución de estos escarabajos, ya que el registro fósil de cuerpo blando es sumamente escaso. Por este motivo decidieron compartir las fotos.

Escarabajo es un macho de ojos grandes y prominentes

El estudio, publicado en la revista Proceedings of the Royal Society B, señala que la producción de luz por organismos vivos ha evolucionado más de 30 veces de forma independiente en varios grupos de organismos, incluidos algas unicelulares, peces, anélidos marinos, insectos, etc., pero la mayoría de los escarabajos bioluminiscentes modernos (de 2 mil 300 especies) pertenecen a la superfamilia de coleópteros polífagos 'Elateroidea'.

"Es uno de los grupos de escarabajos más diversos, cuyos ancestros son difíciles de rastrear. E ahí la importancia del descubrimiento"

Investigadores.

En este caso, el escarabajo ha sido clasificado como una especie de la familia 'Cretophengodidae' que vivió en el período Cretácico y que ahora está extinto. Es también pariente muy lejano de las luciérnagas modernas, específicamente de las familias 'Rhagophthalmidae' y 'Phengodidae'.

Escarabajo bioluminiscente

Ahora, los investigadores esperan que los restos del macho con un cuerpo de 7.3 milímetros de largo, ojos grandes y prominentes, antenas con 12 segmentos y élitros oblongos que cubren casi por completo su abdomen, arrojen luz sobre su evolución.

Morfológicamente, el escarabajo similar a los insectos actuales de la familia 'Phengodidae', pero también presenta características distintivas como una posición diferente del órgano fótico abdominal. Habrá que saber lo que arrojan más investigaciones.