Existen cosas que nos complican la existencia y no porque sean complejas, sino porque nosotros le damos demasiada importancia y nos encanta envolvernos en una serie de situaciones que nos estancan.
Todos tenemos creencias limitantes basadas en experiencias pasadas e interacciones con otros que inhiben la facilidad con la que vivimos nuestras vidas. Si se trata de creer que no somos lo suficientemente buenos porque se nos dice que debemos estar en un cierto punto en nuestras vidas por un tiempo determinado, dando lugar a sentimientos de fracaso, o simplemente malentendiendo intenciones o las reacciones de otros a nosotros, tenemos que conseguir en un mejor modo de pensar que enderezará nuestras percepciones y limitar la cantidad de negatividad que vemos y pensamos de nosotros mismos.
Usar y seguir estas reglas psicológicas es crucial para tener una vida más fácil y te ayudará a ver el mundo de una manera completamente nueva.
1. A la gente no le importa cómo piensas
Puede sonar duro, pero en esencia es verdad. Al estar tan atrapados en lo que otros piensan de nosotros o actuando de una manera que satisfaga (lo que creemos que son) las expectativas de otras personas, es perjudicial para nosotros porque todo el mundo está envuelto en sus propios problemas e inseguridades.
Es mucho mejor tratar de tener esto en cuenta, ya que la mayoría de lo que creemos que la gente piensa son sólo suposiciones. Ser uno mismo sin preocuparse de lo que otros piensan es recorrer un largo camino para alcanzar la felicidad personal.
2. Estamos en un cambio constante
Es fácil pensar que somos la misma persona que éramos hace diez años, y vamos a pensar y sentir lo mismo en otros diez años, pero no... Nuestros pasados, presentes y futuros “yo”, son esencialmente independientes porque nuestra forma de pensar cambia con las circunstancias y experiencias de nuestra vida.
Debido a esto, siempre debemos ser fieles a nosotros mismos al tomar decisiones. Nunca podemos predecir lo que nuestro futuro yo va a pensar y sentir. Concéntrate en el ahora.
3. Deja de compararte con los demás



Con los medios sociales presionando a muchos de nosotros a publicar los mejores momentos de la vida, puede ser fácil para empezar a compararnos con los demás… En la vida real siempre mostraremos el mejor rostro con tal de no ser juzgados o rechazados.
La verdad es que todos somos vulnerables. Todos queremos ser aceptados por los demás. Es una enorme pérdida de tiempo creer que las personas son de alguna manera mejor que nosotros y tienen su vida solucionada. Las comparaciones y la sensación de inferioridad es inútil, ya que todos tenemos preocupaciones, inseguridades e incertidumbres dentro de nosotros.
4. No asumas que tus consejos serán escuchados
Es probable que seas muy bueno dando consejos; pero en serio, no siempre te van a escuchar y hacerte caso. Esta situación te puede llegar a hacer sentir frustrado, ya que lo único que deseas en este tipo de casos es ayudar al otro.
La cuestión es que nadie realmente atiende al consejo a menos que se encuentre en el modo de pensar correcto en el momento adecuado. Al final del día, la gente sólo va a cambiar su forma de pensar o puntos de vista a través de sus propias realizaciones y experiencias. A veces puede venir en forma de consejo, pero la mayor parte del tiempo depende de uno mismo y no debes sentirte mal.
5. Sólo tú puedes controlar tu respuesta
El cómo reaccionas ante un problema, evento o situación, es mucho más importante que la propia situación. En la vida, la actitud lo es todo… Tu decides la forma en la que reaccionas de una manera que impacte a tus pensamientos futuros, sentimientos y emociones.
En cualquier situación negativa, esto puede ser difícil, pero toma tu tiempo para pensar las cosas antes de reaccionar y entiende las posibles repercusiones para los demás y sobre todo, para ti.