México.- Tal cual lo imaginas; la gimnasia emocional hace referencia a ese proceso a través del cual, tu cerebro logra decantar lo que le causa daño de lo que le hace bien.
Es un ejercicio de adaptación a la emociones, en otros términos, inteligencia emocional, y así como el raciocinio se estimula a través de los sentidos y la percepción de la realidad, los sentimientos se enfrentan de mejor manera si el cerebro y la mente están preparados para ello.
Un requisito básico de la gimnasia es la constancia, a grandes logros, grandes esfuerzos. Controlar las emociones implica conocerlas, qué nos deprime, qué nos entusiasma, qué nos atemoriza. Saber de lo que estamos hechos determinará cómo enfrentarnos la vida diaria y para ello es necesario creer en que es posible.
Ser positivo ante la adversidad es el primer paso, repetirse constantes mensajes mentales de optimismo es fundamental.
Sonreír, si ser positivo es el escenario pues la sonrisa es la herramienta, no se puede fingir la felicidad, todo es más fácil de hacer creer al otro, como el odio o la rabia, pero a ser feliz difícilmente alguien se arriesgue sin sentirlo realmente.
Hay que expresar la alegría, compartirla con los demás, ser un centro de buena energía, que los demás quieran estar a tu lado y confíen en ti es una prueba de que vas por buen camino.
Moverse, caminar y hacerlo conectando mente y cuerpo es imprescindible. Es decir las neuronas no levantan pesas pero tu si le puedes decir a tu mente que estás activo en la vida.
Trátate con respeto y ternura, no te juzgues, mejora y ya.
Y finalmente tómate tu tiempo, respira, duerme, come, baila.