Detrás de la cortina de hierro el gobierno ruso busca ocultar cualquier defecto. Esta vez el defecto está en la aparición de niños asesinados por las vías del tren. El agente Leo Demidov está en la encrucijada de traicionar a sus camaradas para sobresalir o descubrir al asesino en serie que el gobierno trata de ocultar.

Esta cinta es quizá la mirada más occidental sobre esta etapa del comunismo Ruso en los últimos tiempos, con Tom Hardy, Gary Oldman y Vincent Cassel en los papeles protagónicos debería ser garantía de taquilla de esta producción de 50 millones basados en un best seller reciente, sin embargo, queda corta cualquier posibilidad. El director Daniel Espinosa intenta atrapar cuanto elemento de política, misterio y lucha personal puede, pero queda perdido en estas buenas intenciones.

Producida por Ridley Scott, presenta escenas memorables pero son  contadas. En general, sufre por el acaparamiento de contar una historia que envuelve cuantos elementos se le atraviesen.

Hardy crea un humano y empático, su interpretación va más allá de lo que propone la trama, es el motor de la cinta de casi dos horas de duración. Aun así, es un buen thriller de domingo en la tarde. Va a la sala de exhibición y desconéctate de todo.