Recientes descubrimientos en el Templo Mayor, ubicado en el Centro de la Ciudad de México, podrían conducir hasta la tumba de un emperador azteca procedente de la dinastía Ahuízotl, que se piensa, eran cremados y depositados con ofrendas y corazones de esclavos sacrificados.

Entre los hallazgos que el arqueólogo Leonardo López Luján califica como "los más tentadores", se encuentran un jaguar lujosamente decorado, piezas que representan a un guerrero y los restos de un niño vestido como Huitzilopochtli (dios del sol y de la guerra), así como un juego de cuchillos de madreperla y piedras preciosas.

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Láminas de oro, jade, obsidiana

En el caso de la ofrenda del jaguar, que está dentro de una gran caja rectangular de piedra de la que sólo se ha excavado una décima parte, se han hallado un disco de madera tallada que simboliza el emblema del dios Huitzilopochtli, informa Reuters.

El último descubrimiento en la zona se trató de  la piedra de la Coyolxauhqui, en 1978. Los artefactos que recientemente salieron a la luz tienen más de 500 años de antigüedad y se cree que fueron puestos allí por sacerdotes aztecas debido a que frente al templo de los guerreros reposaban los restos de reyes mexicas. 

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Los investigadores no han recibido su sueldo 

Los expertos deducen, a partir de las averiguaciones, que el niño sacrificado tenía nueve años y murió luego de que le arrancaran el corazón. Sin embargo, su trabajo se ha tornado complicado, pues el equipo no ha recibido su pago desde diciembre del año pasado, además de que el gobierno mexicano recortó el 20 por ciento del presupuesto asignado a esta proyecto.