Todo en este mundo se reinventa y el vino, una de las bebidas con más tradición y encanto, no podía ser la excepción... pero, ¿qué más le faltaba? Un nuevo color 

Eso es justo lo que hizo Vindigo, una marca que introdujo un vino color azul a Sete, una localidad francesa en donde locales y turistas están encantados con la bebida. 

A sólo algunas semanas de haber sido lanzado, en los restaurantes y bares de esta ciudad a orillas del Mediterráneo, se han bebido ya las primeras 2 mil botellas del chardonnay color turquesa.

Ahora Rene Le Bail, el empresario que promociona el vino de procedencia española, ha recibido un pedido de 600 mil botellas.

"Me recuerda a algo, no estoy seguro si es fruta pero me hace pensar en, no sé, quizás los dulces de mi infancia", dijo un cliente que lo probó. 

"Me encanta el color, es perfecto para el verano. Produce alegría, felicidad, realmente me gusta", dijo Nora, una turista de Singapur mientras bebía su vino en un local frente a la playa.

Seguramente está preguntándote de donde sale ese cristalino color azul.  Le Bail explica que el vino es filtrado a través de cáscaras de uvas tintas que contienen un tipo particular de antocianina, un pigmento natural en la fruta, que le otorga un color azulado eléctrico.

Le Bail promociona el vino azul de un viñedo en la región española de Almería que según dice expresa aromas a cereza, frambuesas y maracuyá.

Gracias a que la botella no está etiquetada como "vino" sino como Vindigo, la bebida pudo ser introducida rápidamente en Francia, evitando muchos trámites relacionados con la denominación. Cada botella de este envidiado líquido se vende en 250 pesos, aproximadamente (12 euros).

Con información de Reuters