México.- De acuerdo con pobladores de las zonas serranas del sur de Sinaloa, la violencia que se vive en los límites del estado con Durango, que ha generado desplazamiento forzado, se debe a una disputa por el control de territorios mineros.
Según documentó Noroeste, los grupos armados no se pelean por la producción de droga sino que buscan controlar territorios ligados a la actividad de extracción de minerales, especialmente en el distrito Pánuco-Copala, uno de los más ricos en este rubro en el estado, por sus yacimientos de oro y plata.
Los gavilleros extorsionan y desplazan a las familias y a a los empresarios mineros par permitirles laborar en la zona.
Además aprovechan para extorsionar a los empresarios de actividades derivadas del boom minero, como agricultores, comerciantes, transportistas, y madereros.
Los desplazados narraron que los mineros tienen que pagar dinero y gasolina semanalmente a los gavilleros.
Y quienes extraen metales de forma ilegal tienen que venderle la mitad de su producto a los grupos armados, enemistándose automáticamente con los que no fueron sus compradores.
El brote violento comenzó el 4 de mayo de 2017 cuando 4 profesores que se disponían a laborar a las comunidades serranas fueron asesinados, en una confusión.
Posteriormente siguieron las decapitaciones y privaciones forzadas de la libertad, que afectaron a los poblados de Chirimoyos, La Petaca, Potrerilos, Santa Lucía, La Capilla del Taste y Pánuco.