Este día se registró el paso cenital del Sol en la pirámide conocida como El Castillo, en la zona arqueológica de Chichén Itzá, fenómeno natural que ocurre dos veces al año.
El arqueólogo Arturo Montero, colaborador del INAH y la Universidad Autónoma de Yucatán, dijo que el fenómeno pudo verificarse a las 6:18 horas, mismo que ocurre cuando la posición del astro es completamente vertical, ocupando el lugar más alto en el cielo.
En un comunicado, detalló que recientes observaciones han permitido verificar que este evento astronómico se presenta al amanecer, en el eje de su esquina noreste y en la escalinata noroeste al ocaso, hoy y el 19 de julio.
El arqueólogo, quien llevó a cabo el registro de este fenómeno en la edificación precolombina llamada popularmente Templo de Kukulcán o El Castillo, agregó que justo los días citados, no se proyecta sombra lateral alguna durante el mediodía.
De acuerdo con el investigador, lo que ignoran las miles de personas que acuden a los sitios, en este caso Chichén Itzá —que al menos recibió a casi 30 mil visitantes el pasado 21 de marzo—, es que “la máxima energía” del Sol corresponde a su paso por el cenit y no en los equinoccios.
Además, destacó que ha logrado determinar que existe una orientación astronómica con el cenote Holtún, lo cual refuerza la idea planteada por Guillermo de Anda, investigador de la UADY, de que dicho depósito natural, junto con el Cenote Sagrado y otros dos más forma parte de una especie de cosmograma alrededor de la antigua ciudad maya.
Montero García, partícipe del proyecto eje conservación del patrimonio cultural y ecológico en los volcanes del INAH, ha observado las fechas del paso cenital en otras ciudades precolombinas, como Xochicalco, Monte Albán y Teotihuacán, a las que se suma ahora la urbe maya de Chichén Itzá, que vivió su apogeo entre 750 y 1200 d.C.
Estudios previos sobre El Castillo han demostrado la importancia que tuvo éste para determinar fenómenos astronómicos y, por lo tanto, calibrar el año solar, conocimientos que se traducían principalmente en el establecimiento del calendario de siembra y cosecha, sustento de las civilizaciones mesoamericanas, entre ellas, la maya.
Ahora, además de saber que los 91 escalones que tiene en sus cuatro lados corresponden a las estaciones del año, se conocen las dos fechas en que en este observatorio se podía ver el paso cenital del Sol, “correspondientes al 23 de mayo y al 19 de julio de nuestro calendario”, dijo.