Resulta casi surreal imaginar una escena en la que convivan el gran músico Freddie Mercury, los comediantes Kenny Everett y Cleo Rocos y la Princesa Diana de Gales, pero fue real; este trío de influyentes personajes compartió más de una aventura hace algunos ayeres.
Todo comenzó a mediados de los 80, cuando la Princesa y el músico se conocieron y crearon fuertes lazos de amistad que los llevó a compartir en diversos eventos en los que cada movimiento de la madre de los Príncipes Guillermo y Harry, era monitoreado por los medios de comunicación que no paraban de hablar de ella.
Una noche, Lady Di decidió violar todos los protocolos para divertirse un rato con sus amigos de una forma muy peculiar: visitando a escondidas el bar gay más famoso y controversial de la época.
Sucedió en 1988, pero no se supo de la travesura hasta hace unos años, cuando Rocos publicó la anécdota en su libro de memorias "El poder de la bebida positiva".
Luego de una cena en la que el champán fungió como invitado especial, Everett, Mercury y Rocos decidieron que era momento de retirarse para continuar la diversión en el Royal Vauxhall Tavern, pero Lady Di insistió en querer unirse a la fiesta. En un inicio el escepticismo reinó, pero la insistencia de la Princesa convenció a sus amigos que no dudaron en ponerle gorra, lentes y una chaqueta militar para que nadie la reconociera.
Así llegaron al famoso lugar en el que, a pesar del temor a ser descubierta, nadie reconoció a la esposa del Príncipe Carlos de Inglaterra que se mezcló entre la multitud para beber una cerveza y un vino blanco.
Con información de ABC.