Billy Hope es el peleador del momento. Cada golpe que da alimenta su historia de origen: "el chico pobre salido de la nada ha escalado hasta llegar a la cima?. Un verdadero  cuento de hadas. El destino le tiene algo guardado, el asesinato de su esposa lo hace caer en los vicios y lo pierde todo, ahora buscará escalar de nuevo a la cima, esta vez para recuperar lo que más ama. 

Antoine Fuqua deja las cintas de machos alfa  que le dieron su lugar en la gran lista de directores del momento y ahora busca exponer el fuego interno para seguir adelante del ser humano, su estilo no ha cambiado, pero su mirada es mas anaíitica, y en algunos casos más simple, facilitando al espectador dar una buena mirada a lo que significa tener todo y perderlo en un abrir y cerrar de ojos. 

El vehículo de esta historia de fundamento griego es el box, un deporte que extrañamente ha ganado lo más profundo de nuestro subconsciente fílmico, Hollywood nos lo ha vendido en diferentes presentaciones simbolizando la compensación inmediata por un esfuerzo. Dos hombres que entrenaron hasta desfallecer se enfrentan sin más que un par de guantes en un cuadrilátero, el ganador generalmente es reconocido por su técnica y perseverancia a pesar de la oposición del contrincante.

Es un deporte sangriento pero el morbo es superado por la danza de los peleadores. Esta cinta toma como propio esto y lo potencializa a niveles épicos. 

Pensar en box fílmico hace pensar en grandes actores, desde la interpretación de Brando en la cinta de Elías Kazan ?Nido de ratas? como De Niro en ?Raging bull? de Scorsese. El turno toca a Jake Gyllenhaal (el nuevo camaleón físico) que da vida a Billy Hope. Su cambio de ?Nightcrawler? a esta cinta es un salto evolutivo, sin miedo y dispuesto a todo. Él conecta a niveles que Jon Voight soñó en ?The Champ?. Este talentoso es el motor de la cinta. Fuqua lo sabe pero hay un precio, los demás personajes se convierten en escalones para él, sin mucha trascendencia, sin mucha importancia entregando una trama confusa.

?Revancha? es el tipo de cinta que el público no sabía que necesitaba ver. La lucha del cuadrilátero no es contra otro ser humano sino contra sí mismo. Merece ser vista, no puedes dejar pasar la oportunidad de salir con un sentimiento de satisfacción de la sala, sabemos lo difícil que es eso hoy en dia.