Cuando tenía 17 años, Stephanie Batista dejó de presentarse con el nombre que sus padres le pusieron al nacer. Un año después se sometió a una cirugía para tener senos y poder lucir como lo que realmente es: una mujer, apariencia que le había sido negada.

Tras su cambio de domicilio a la ciudad, comenzó su carrera de modelo y hoy en día, a sus 22 años, trabaja en la agencia New Icon Model Management. Una de las personas que más la apoyaron durante su transición fue su hermana gemela, Rebeca.

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Un ejemplo para las nuevas generaciones 

En cuestiones de amor, Stephanie admite que no le va muy bien, pues la mayoría de los chicos piensan que nació mujer cuando la conocen. Con respecto a sus amigos, perdió a algunos cuando se avergonzaron de su decisión, pero asegura que ahora cuenta con amistades valiosas. 

"Me encantaría a las próximas generaciones, darles un ejemplo de naturaleza y humanidad, creo que no necesitamos estimulantes o biopolímeros en nuestro cuerpo, ni cirugías para tener una belleza femenina".