Mara Gómez es una joven trans de 22 años que busca romper, con sus esfuerzos, las barreras en uno de los deportes más machistas: el futbol. Y es que desde que era adolescente, la originaria de La Plata, Argentina, comenzó a jugar en un equipo amateur local llamado Toronto. Ahora su sueño es llegar a la primera división de su país.

El balompié llegó a la vida de Mara justo en el momento en que decidió aceptar su identidad de género con su mamá, y posteriormente con el resto de la gente que le rodea. El bullying y la presión social estaban asfixiándola, cuando se unió a un grupo de chicas que jugaban frente a su casa, así se dio cuenta de que en la cancha olvidaba cualquier problema.

“Lo tomé como una terapia. Tratando de aceptarme conmigo misma. Fueron un montón de emociones que me hacían mal psicológicamente. Me di cuenta de que en el momento que hacía fútbol me despejaba” <br>

Mara Gómez

De la peor en el equipo, a la máxima goleadora 

Cuando empecé era muy mala, pateaba al arco y la pelota iba para cualquier lado”, contó la futbolista en una entrevista con The Associated Press, y afirma que es el esfuerzo y la constancia lo que la han hecho ser una buena jugadora, y no sus características físicas, como argumentan algunas personas que están en contra de que una mujer trans juegue en un equipo femenil.

“Adentro de la cancha puedes tener velocidad y fuerza, pero eso no te sirve si no sabes jugar al futbol” 

Mara Gómez

A pesar de que ahora está luchando para que la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) la autorice a fichar para Villa San Carlos, un equipo de primera división que actualmente está en peligro de descender de categoría, Mara admite que fue víctima de discriminación cuando empezó a jugar como amateur. 

“En un torneo relámpago me pusieron en defensa. Metí un gol en contra, no sabía jugar mucho. Termina el primer tiempo y el equipo rival se había quejado (…). Tomaban como desventaja mi sexualidad, pero era malísima jugando” <br>

Mara Gómez
Mara Gómez

“Tengo 5 o 6 jugadoras más fuertes que Mara”

Juan Cruz Vitale, técnico de Villa San Carlos, puso los ojos sobre Mara para integrarla al equipo y afirma que para él no hay diferencias físicas entre la joven y otras jugadoras, incluso acepta que “si vamos a una cuestión de fuerza, tengo por lo menos cinco o seis chicas más fuertes que ella”, y afirma que es su talento como goleadora lo que más le ha llamado la atención.

A los 18 años años, Gómez obtuvo un documento de identidad que coincide con el género con el que se autopercibe; con esta base en mano, ha pedido a las máximas autoridades del futbol en Argentina que le permita jugar de manera profesional, pero aún está en espera de respuesta.

Hasta el momento, la AFA no tiene normativa para futbolistas trans; por su parte, la FIFA ha fijado en sus competencias un reglamento para la Verificación de la Identidad Sexual, bajo el cual las asociaciones miembros y el cuerpo médico de los equipos tienen la responsabilidad de certificar la identidad sexual de sus jugadores.

A su vez, el Comité Olímpico Internacional (COI) establece que, para que un atleta transexual pueda competir, su nivel de testosterona total en suero debe estar por debajo de los 10 nanomoles por litro al menos 12 meses antes de su primera competencia.

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