Hace más de un año que la homosexualidad dejó de ser considerada un delito en la India, sin embargo, los crímenes de odio por homofobia y la discriminación siguen presentes; con ellos, también están las llamadas “terapias de conversión” a las que muchas personas son sometidas sin su consentimiento.
Una de las víctimas de dichos procedimientos, fue Chinnu Sulficker, una joven de 21 años que tras confesar a su familia que era bisexual, fue internada a la fuerza en un “centro de adicciones” en el que fue sometida a dos terapias en las que la obligaron a tomar “fuertes medicamentos”. Tiempo después, se suicidó.
Una vez que salió , la misma Chinnu contó en un video lo que le sucedió durante tres meses de “terapia” en los centros a los que fue ingresada contra su voluntad con la intención de que cambiara su orientación sexual.
El 21 de marzo, la joven viajó a la ciudad de Goa con tres amigos, pero la situación sanitaria los obligó a permanecer ahí debido al confinamiento impuesto por las autoridades. Semanas después, Chinnu desapareció sin dejar rastro y el pasado 12 de mayo fue encontrada muerta; las autoridades confirmaron que se suicidó.
Sobre el caso, una de las amigas de la joven contó a un medio local que Chinnu estaba en tratamiento psicológico y médico para superar la depresión en la que había entrado desde que su familia trató de cambiar su orientación sexual.
Aunque en India las “terapias de conversión” no están prohibidas, la Ley de Salud Mental que entró en vigencia en julio de 2018, establece que los adultos no pueden ser obligados a recibir atención psiquiátrica sin su consentimiento expreso, a menos que se determine no pueden tomar decisiones o que son un peligro para ellos mismos y la sociedad.
Por otro lado, la Indian Psychiatric Associationdeclaró en 2018 que la homosexualidad no es un trastorno psiquiátrico, y por tanto, no es sujeto de tratamiento psicológico o médico.