No fue el mejor Barcelona. Más bien fue una versión descafeinada. Los cambios que metió Luis Enrique con vistas al choque del sábado ante el Sevilla y la debilidad del Almería deslucieron un partido que ya se suponía tostón. Ni hubo color entre ambos conjuntos ni la superioridad aplastante que se esperaba. El partido fue soso, aburrido, triste? Y lo que es peor, el Barcelona jugó un flojo partido mirado desde la vertiente más futbolística.

Sumó los tres puntos por la diferencia de pegada. Porque Leo Messi estuvo algo más enchufado que el partido de Vigo y porque Luis Suárez se inventó otro de los golazos de la noche. Bartra hizo el tercero en un saque de esquina y redondeo el marcador Suárez con su doblete. Del resto de minuto se puede decir que pasó muy poco por no decir nada. No hubo velocidad en las acciones, ni movimientos sin balón? Todo era muy previsible y eso se nota cuando la defensa rival amontona jugadores al borde su área.