Durante un encuentro de niños Sub11, en Turquía, el equipo filial del Bursaspor se convertiría en protagonista. El Bursaspor Sub-11, marcó un auténtico golazo de falta, que celebraron por todo lo alto. Sin embargo, su técnico, a modo de Fair Play, entendiendo que el gol no había sido ético, pidió a los suyos que se dejaran marcar, pero con tan mala suerte que acabaría en fallo de un niño rival, que comenzó a correr, llorando, víctima de la vergüenza y la impotencia.