México.- Las atletas Abbey D'Agostino (Estados Unidos) y Nikki Hamblin (Nueva Zelanda), quienes protagonizaron uno de los momentos más emotivos de Río 2016 durante la competencia de 5 mil metros planos, recibieron la medalla Pierre de Coubertin, creada por el Comité Olímpico Internacional para premiar acciones extraordinarias que muestren lo mejor de la deportividad y el espíritu olímpico.

Durante una de las semifinales de la competencia, realizada el pasado 16 de agosto, D’Agostino tropezó por accidente con Hamblin, provocando que ambas atletas cayeran al suelo en plena carrera. Luego del incidente, D’Agostino ayudó a su contrincante a ponerse de pie, para luego caer ella, debido un problema en la rodilla. Hamblin, lejos de ignorar la situación, ayudó a la estadounidense a ponerse de pie. 

Las atletas quedaron en último y penúltimo lugar, y al final de la prueba se fundieron en un abrazo que quedará entre los momentos más representativos de Río 2016.

Debido a su gran actitud, el COI galardonó a ambas atletas con la medalla, otorgada sólo a un puñado de atletas y directivos que han demostrado un espíritu de competencia ejemplar. El primer ganador de la medalla fue el alemán Luz Long, quien aconsejó al estadounidense Jesse Owens en la competencia de salto de longitud de Berlin 1936, a pesar de la tensión política y racial entre ambos países; al final, el consejo de Long hizo a Owens ganar el oro, dejándolo en segundo lugar.

Luego de conocer la noticia de su reconocimiento, Hamblin declaró: “creo que es algo muy especial para ambas. No creo que ninguna de las dos se despertara pensando que eso iba a suceder ese día, en nuestra carrera o en los juegos olímpicos. Somos competidoras fuertes que solo queríamos salir y hacerlo lo mejor posible en la pista”.