Para: Araceli Benítez con solidaridad y aprecio

 . <br><br> <br><br> <br><br> “¡Alábate burro, que no hay quien te alabe!”:<br><br>

Refrán popular

“Si das pescado a un hombre hambriento, le nutres durante una jornada, si le enseñas a pescar le nutrirás toda su vida”

Lao-Tsé

Ante la gravedad de la emergencia sanitaria provocada por la pandemia del Covid-19, la caída de los precios del petróleo y la crisis económica que enfrentamos se esperaba con mucha expectativa el anuncio del Compañero, presidente, camarada y líder espiritual, Andrés Manuel López Obrador doe sobre cómo su gobierno enfrentará esta situación.

¿Qué dijo en su informe?

El mensaje del pasado cinco de abril dejó Mucho que desear, realmente fue una decepción. No mostró la más mínima sensibilidad ni empatía con el pueblo de México. Fue una perorata de autoelogios, sin solidaridad por la incertidumbre que atravesamos millones de mexicanos, lleno de referencias que solo llevan a la división y de justificaciones de su muy personal proyecto.

El acto levantó variedad de reacciones, la mayoría negativas, y no de sus adversarios, como él lo dice, sino de diversos sectores de la población, desde la simple persona que está preocupada por su empleo hasta representantes empresariales y líderes políticos.

Lo importante es que mucha gente (que no está en la nómina de comunicación en redes), que confió en él, que lo acompañó a diferentes actos, incluyendo las mañaneras para ofrecer su respaldo, se sintió traicionada.

 

Lo que quiso decir

En resumen, IP, analistas, partidos de oposición y una muy buena cantidad de personas en las redes sociales calificaron la propuesta como decepcionante, incompetente, ideologizante e insuficiente para el tamaño de la crisis.

Lo cierto es que a AMLO parece que solo le interesa una cosa: el cristianismo a su manera, la permanencia en el poder y que todo mundo le rinda pleitesía, como en aquellas dictaduras de América Latina y el Caribe, todo lo da el gobierno y su dirigente.

No escuchó

Mandó a volar a los empresarios, a las organizaciones sociales y a todo aquel que llevara una propuesta. Incluso los representantes empresariales que se pensaba eran sus aliados incondicionales mostraron su preocupación. Carlos Salazar, presidente del CCE, emitió un comunicado el seis de abril fijando la posición del sector empresarial, aquel que genera la mayoría de los empleos y el mayor porcentaje del PIB.

El comunicado del CCE puede interpretarse como un acuse de la traición de AMLO al empresariado, con quienes había platicado el dos de abril y, se supone, habían llegado a acuerdos. El CCE desmintió al presidente que los acusó de pretender beneficios: “…no pedimos reducción de impuestos, ni privilegios, ni concesiones. Siempre hemos puesto a los trabajadores, sus familias y al país como nuestra prioridad. Nuestra propuesta aún no ha sido tomada en cuenta”.

Y para que no exista duda, el CCE dio a conocer el plan que le presentaron a AMLO y que fue ignorado totalmente.

Por su parte, Francisco Cervantes, presidente de CONCAMIN, en su cuenta de Twitter mostraba su desesperación y frustración al señalar que: “el informe del presidente @lopezobrador_ no es lo que los patrones esperaban, lo que necesitan. Las consecuencias pueden ser graves. Pero también dijo que cada quién haga su parte, ¿Qué es y cómo haremos nuestra parte? Lo que haremos desde ya. Cada quién su responsabilidad”.

 

¿Mentiras, imprecisiones o creencias ciegas?

Las imprecisiones ya están a la luz. El financiamiento de los programas que dio a conocer son recursos e instrumentos que se generaron en la época “neoliberal”. La administración anterior dejó poco más de 300 mil millones de pesos en el Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios, de los cuales la administración de AMLO dejará al final de año, solamente 30 mil millones. La otra fuente de recursos son los fideicomisos que tenían objetos sociales específicos (como proyectos de infraestructura y apoyos a la cultura) que ahora los reorientará paradisponer de ellos de manera discrecional.

Sobre la paridad del peso frente al dólar también dice mentiras. Mientras continuaba estable por las altas tasas de interés que manejaba Estados Unidos, decía que era gracias a su política económica. Ahora que se depreció y que se cotiza por arriba de los 25 pesos por dólar, asegura que esto nos beneficia porque las remesas adquieren mayor valor. ¿Quién le entiende? Incluso, quienes siguen el intercambio de divisas en los mercados internacionales pudieron apreciar cómo el peso perdía 20 centavos frente al dólar mientras hablaba el presidente.

Queda claro que la estrategia de AMLO no es la democrática, sino la de choque y confrontación. Porque la vía democrática tiene que atender y conciliar con las diversas posiciones y representaciones.

 

Por la vía democrática AMLO pierde

Por la vía del choque AMLO gana, porquesiempre encuentra la justificación para imponer su voluntad. Necesita de la confrontación para justificar sus desplantes como parte de una batalla épica contra quienes lo increpan, haciendo referencia a “las mafias”, “los corruptos”, “los conservadores” como los enemigos de la patria.

¿Será que por eso se ha dedicado a destrozar a la oposición y a las instituciones garantes de la democracia como el INE? ¿Será por eso que, en lugar de enseñar a pescar a su pueblo, decide, aprovechando la crisis y la pobreza, hacerlos dependientes?

El plan del presidente, desde un principio, parece que ha sido regalar el “pescado” en lugar de enseñar a pescar. Al final, si no lo logra, los culpables serán el neoliberalismo, sus adversarios, la prensa “fifí” e inclusive la gente de su mismo equipo. Que no nos sorprenda después, cuando lavándose las manos, comience a aventar a la hoguera de los culpables a sus expertos, a quienes asegura, está escuchando en estos momentos críticos.