Eso de no cobrar cuotas de recuperación por parte de los institutos nacionales de salud resulta muy prometedor para el futuro de la atención médica en México, pero operacionalmente debe ser muy complicado, lo comento porque yo como médico he estado en muchos de esos institutos, desde 1993, cuando me tocó rotar por el Hospital General en el pabellón 302, siendo el jefe de servicio el Dr. Manuel Gallo, y el jefe de cirugía el Dr. Dávila, le llamamos rotar porque los médicos somos como planetas que rotamos de hospital en hospital, desde esos tiempos me di cuenta de cómo los gastos de atención hospitalaria son muy altos, además de que todavía no existían medicamentos genéricos ni similares, y los de marca que aún tenían patente eran muy caros.
Sí, sí se puede lograr que México tenga un sistema de Salud similar al de Dinamarca, y con cobertura universal, considerando la posibilidad de privatizar todo el sector salud, escalonadamente, incluyendo a los propios institutos nacionales de salud, al IMSS (leer artículo al respecto en SDP Noticias: Marzo 26, 2020), a la Secretaría de Salud, y al ISSSTE, se superarían las trabas burocráticas y se generaría una mucho mejor distribución de la riqueza destinada a la salud, pero, necesariamente, no sería en base a un modelo capitalista.
Esta fue una idea que planteó Xavier de Bellefon, entonces Director General de seguros Axa, hace como 10 años, cuando estaba en su apogeo el seguro popular durante el gobierno de Felipe Calderón; lo escuché en una entrevista en Stereo 100 cuando planteó éste modelo, cuando el mismo seguro popular en esa época influyó de alguna manera al desarrollo del Obamacare en Estados Unidos y a otros modelos de salud en todo el Mundo.
Sería un modelo de atención privada basado en la libre competencia y la ley de la oferta y la demanda, con el que se lograría la compra de medicamentos e insumos médicos, e inclusive la construcción de nuevos hospitales, dejando atrás el sistema sumamente intrincado de las llamadas licitaciones; y por otra parte, con ésta competitividad se lograría que los médicos que trabajen en éstas instituciones ya privatizadas, logren ganar más dignamente, considerando que en el país del Norte cualquier médico igual que uno de México, por el mismo trabajo, y por las mismas horas, puede ganar hasta 15 veces más.
Por otra parte, se podrían manejar las jubilaciones y pensiones, y las afores, más holgadamente al contar con un proyecto de atención médica privado (leer artículo al respecto en SDP Noticias: Noviembre 29, 2019); contando con éste control de la distribución de la riqueza destinada a la salud, repito, se lograría mantener la gratuidad en Salud, cómo es uno de los proyectos de la Cuarta transformación, y al ser privado todo el sistema de salud, también todos y todas los y las ciudadanos y ciudadanas mexicanos y mexicanas que sean atendidos y atendidas en éste sistema de salud podrán contar con su expediente médico completo cada uno y una de ellos y ellas, como Derecho que es.
Plantear realizar este proyecto de privatización de la Salud en México no podría ser en base a un proceso capitalista ni neoliberal, repito, más bien se optaría por un modelo organizacional con sentido humano, que hasta pusiera a prueba la honestidad de la Cuarta transformación, además de que contamos con un estratega que por su experiencia, su trayectoria, y su oratoria, podría consolidar éste proyecto, me refiero obviamente a: Zoé Robledo.