La definición del candidato presidencial del PRI parece ya definida con la renuncia de José Antonio Meade Kuribreña a la SHCP para buscar formalmente una nominación por demás paradójica porque no se trata de un militante priista, pero esa parece ser justamente la clave y la estrategia: lanzar un candidato lo más “independiente” posible, sin vínculos directos con el partido en el poder, ante los fracasos electorales registrados por el PRI en las últimas elecciones, y por el evidente desgaste y pérdida de credibilidad del gobierno federal.
Sin embargo, la apuesta priista no deja de ser arriesgada y por el momento poco atractiva, ante el arrastre popular que en los últimos años ha seguido cultivando un Andrés Manuel López Obrador (AMLO) que ha estado sólo y a sus anchas en campaña, y que con Meade Kuribreña tiene por fin al primer contendiente por la silla presidencial.
Ambos, Meade Kuribreña y López Obrador, asumirán las postulaciones de sus respectivos partidos si no ocurre nada extraordinario, y las interrogantes del momento aluden a la forma, a las estrategias y a los conceptos con que será arropado e investido ideológicamente un José Antonio Meade sin experiencia electoral, sin presencia en la arena política nacional, en contraste con la larga carrera de AMLO en las lides de la política y el activismo.
El asunto no es cosa menor para el PRI, porque en el tema del marketing político los resultados suelen surtir los efectos que precisamente se evitaba a toda costa obtener, y nos referimos al probable concepto que se trabajará de Meade como una figura apolítica, de gran capacidad técnica, especialista en el delicado tema de la economía, cuando es en ese renglón en el que el gobierno federal priista ha registrado, junto a la inseguridad pública, sus más señalados reveses.
Luego, habrá que esperar al candidato del Frente Ciudadano PAN-PRD, si es que próspera esa coalición, más las candidaturas “independientes” que pudieran, por primera ocasión, emerger exitosamente, posiblemente con Margarita Zavala de Calderón y/o con “El Bronco” Jaime Rodríguez Calderón.
Las prisas aparecieron ya en algunas figuras como el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, quien ante el complicado desempeño de Ricardo Anaya en el PAN para concretar la alianza, urgió ya al PRD para que lo nomine –a Mancera- como su candidato presidencial.
Otras preguntas flotan ya en el denso ambiente electoral que se vive en nuestro país, y una de ellas es ¿quién o quiénes de los demás candidatos presidenciales que surjan se prestarán para hacerle el juego sucio a López Obrador, o para restarle votos en beneficio del PRI o del PAN?
Porque sería iluso suponer que, a diferencia de los anteriores procesos electorales presidenciales, ahora no habrá campañas “negras” ni de desprestigio, confeccionadas y dirigidas especialmente a López Obrador, quien de nueva cuenta se sitúa como el objetivo prioritario a derribar.
Por ahora, el dirigente y virtual candidato de Morena tiene ya a Meade como su primer contendiente, y bien podríamos aseverar que con ella arranca la carrera por la sucesión presidencial, si acaso no hay sorpresas inesperadas pues ayer mismo el portal de la revista Proceso publicó que el “destape” de Meade generó la inmediata molestia de la facción priista de los “políticos”, encabezada por el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, considerado el gran perdedor en la contienda del PRI por la nominación presidencial.
Meade surge, así, como el candidato “externo” del PRI, y ya veremos las repercusiones de esta postulación que lógicamente ha irritado e inconformado a los grupos netamente priistas.
CAE OTRO BORGISTA
Siguen cayendo importantes integrantes del grupo Roberto Borge-Félix González. Erce Barrón Barrera fue tesorero con Félix González y director de la Administración Portuaria Integral de Quintana Roo (Apiqroo). Fue detenido en la ciudad de Tijuana, y ya se encuentra en Quintana Roo, en donde enfrenta denuncias por presunto manejos irregulares en VIP Saesa, en donde fungió como consejero, y en la propia Apiqroo.
Dicen que Félix González Canto, a unos meses de que expire el fuero que le otorga la senaduría, busca desesperadamente el apoyo ya no del presidente Peña Nieto sino del presidenciable José Antonio Meade, e incluso de Miguel Ángel Osorio Chong, el secretario de Gobernación, mientras que Borge tiene esperanzas de que, a su regreso al país, se le permita enfrentar sus procesos judiciales en libertad, lo que aparentemente no parece muy factible, cuando menos antes de las elecciones federales del próximo 1º de julio.
Gracias por el favor de su atención.