En el diario británico The Guardian leí que, en efecto, al famoso Adolf Hitler le faltaba un testículo. Lo confirmó algún investigador que no viene al caso mencionar. Buen hallazgo histórico y hasta médico, pero no es importante ahora hablar de la criptorquidia (enférmedad de los testículos no descendidos) del genocida alemán. Solo comentaré que era correcto lo que durante años cantaron los niños ingleses: “A Hitler le falta un huevo”. Por cierto, alguna vez me dijeron que el dictador chileno Augusto Pinochet tenía la misma enfermedad, pero no sé si sea cierto.
En México los que no tienen huevos son cobardes. Desconozco si en España sea la misma cosa. Pero, desde mi país, puedo decir que veo bastante gallinas, es decir, sin huevos o con testículos no descendidos, a dos candidatos al gobierno de España, el de Ciudadanos, Albert Rivera, y el del PSOE, Pedro Sánchez. Durante toda la campaña han dicho que lo peor que puede pasar en tierras españolas es que siga gobernando Mariano Rajoy, del PP. Pero, a la hora buena, tienen miedo de apoyar al verdadero retador del pésimo gobernante español, el representante de Podemos, Pablo Iglesias.
La falta de huevos es una característica de los políticos autoritarios, todos cobardes. Porque solo los timoratos le tienen miedo a la democracia. Insisto, parece ser el caso de dos candidatos al gobierno de España, Rivera y Sánchez. Estos hombres tuvieron buenos momentos durante la campaña. Llegaron a verse con suficiente fuerza electoral como para competir con posibilidades de éxito frente a Rajoy. Eran los tiempos en que Iglesias estaba en cuarto lugar en las encuestas.
En la recta final de la campaña las cosas cambiaron. La popularidad de Rivera menguó y Sánchez quedó estancado. El que creció mucho, bastente fue Iglesias. El propio Rajoy lo reconoció frente a la canciller alemana Ángela Merkel.
Así las cosas, el verdadero retador de Mariano Rajoy es Pablo Iglesias. Si quedara en segundo lugar –no se descarta que gane por el gran empuje con el que cerró su campaña–, Iglesias podría gobernar si lo apoyaran los candidatos de Ciudadanos, Rivera, y del PSOE, Sánchez. Pero ambos se ven faltos de huevos para dar el gran paso y hacer a un lado, al fin, al pésimo gobierno de Rajoy.
Si Albert Rivera y Pedro Sánchez permiten que Mariano Rajoy siga gobernando, las cosas van a seguir complicadas en España. ¿Que Pablo Iglesias es una incógnita? ¿Que a veces el candidato de Podemos es todo un chavista bolivariano y a veces un socialdemócrata? ¿Que no hay modo de saber cómo gobernaría el señor Iglesias? Son preguntas razonables. Pero todas tienen una única respuesta: Iglesias y sus aliados, todos, son hombres y mujeres decentes, lo que resulta más que suficiente para garantizar un gobierno sensato.