La construcción del Tren Maya es un cambio de paradigma en la historia del ferrocarril en Yucatán, ya que este proyecto se hace para detonar el desarrollo económico de la zona y ser una fuente de bienestar para las poblaciones y comunidades por donde correrá este medio de transporte a diferencia de cuando se hizo el ferrocarril en la península de Yucatán a principios del siglo pasado, que fue usado para explotación de las riquezas naturales de la zona y de las población indígena.

La necesidad de transportar y comercializar productos como la fibra de henequén, el chicle, las maderas como la caoba y el cedro, el palo de Campeche entre otros, que son nativos de la península yucateca, hizo que el gobierno de Porfirio Díaz junto con terratenientes de esa parte del país construyeran las vías ferroviarias de la zona.

Entre 1898 y 1906, se crearon las rutas ferroviarias: Mérida-Campeche, Mérida-Peto, y Mérida-Valladolid. En 1912 se inaugura la vía Mérida-Sotuta y en 1913 la vía Mérida-Tizimín y con ramales de vía angosta de la capital yucateca a Motul, Cansahcab, Temax. Quintana, Muna y Ticul.

El funcionamiento del ferrocarril en Yucatán en los primeros lustros del siglo XX es una historia trágica que está ligada a la explotación inhumana de que eran objeto poblaciones indígenas y mestizas en las haciendas henequeneras, así como en la selva de Quintana Roo.

Los abusos de que eran objeto indios mayas y yaquis e inclusive inmigrantes chinos así como las largas jornadas de trabajo sin descanso que se les imponían, en condiciones de vivienda y alimentación precarias.

La explotación que sufría la población nativa en la península yucateca fueron descritas en una serie de reportajes por el periodista estadounidense John Kenneth Tuner, las cuales se publicaron en The American Maggazine, en 1909 y posteriormente estos textos se convirtieron en un espléndido libro que fue titulado México bárbaro.

Hay que recordar que comunidades mayas del sur y oriente de Yucatán iniciaron en el mes de julio de 1847 una sublevación contra la población de blancos (criollos y mestizos), el cual fue conocido como la Guerra de Castas y que duro hasta 1901 con la toma por parte del ejército federal del pueblo de Chan Santa Cruz (hoy es conocido como el pueblo rebelde de Felipe Carrillo Puerto, Quintana Roo), que era la capital de la resistencia indígena, cambiando su estatus de sublevado a esclavo.

Otro dato importante fue que de 1870 se dio en Sonora un levantamiento indígena del pueblo yaqui contra el Gobierno mexicano que se conoció como la guerra del yaqui. Los sublevados fueron sometidos por el ejército federal de Porfirio Díaz en 1900 y fueron desterrados a Yucatán donde se les dio trato de esclavos en las haciendas henequeneras.

Los caciques yucatecos acumularon gran riqueza, comercializando las materias primas propias de la zona y explotando mano de obra que era tratada como esclava y es aquí donde el ferrocarril jugo un papel importantísimo ya que permitió y facilitó la distribución de estas mercancías y que pudieran ser exportadas al llevar los trenes los productos a los puertos de Sisal y Progreso y ser embarcadas vía marítima para ser consumidas en otras partes del mundo.

El Tren Maya usara para su construcción muchas vías ya hechas en el siglo pasado, por el gobierno del dictador Porfirio Díaz, pero no se hará bajo los mismos objetivos de explotación de la población indígena que se dio hace más de 100 años, sino que el proyecto tendrá metas muy distintas que es la de ser fuente de bienestar para los habitantes de la zona y comunidades de cada uno de los estados involucrados.

Según una evaluación de ONU-Habitat, que es programa de Naciones Unidas para los asentamientos humanos, el proyecto del Tren Maya genera casi un millón de nuevos empleos y sacará de la pobreza a más de un millón de personas de la zona.

El organismo internacional asegura que de cada 100 empleos que cree el proyecto, 46 de estos serán para personas pertenecientes a los pueblos originarios de la zona.

Para el Presidente Andrés López Obrador el proyecto ferroviario es de vital importancia para detonar el desarrollo económico en los cinco estados del sureste mexicano por donde pasará el tren, “una región rica con pueblo pobre porque se abandonó por completo”.

El comienzo de la construcción del proyecto ferroviario, dará entre fines de mayo y diciembre de este año, 80 mil empleos pese a la contingencia sanitaria.

La inversión estimada para el diseño, construcción, operación, mantenimiento y material rodante (30 locomotoras y 180 carros de pasajeros) del Tren Maya, sería de 139 mil 072 millones de pesos, siendo un proyecto rentable según un análisis de costo beneficio elaborado por la consultoría PwC.

El ferrocarril que se está construyendo en el sureste del país está considerado un uso “Energético Dual o Híbrido “ que se compone de energía eléctrica y un diésel especial refinado en su etapa inicial y que, está contemplado que en no más de una década podrá hacer su conversión total a hidrógeno haciéndolo totalmente ecológico”.

La construcción del Tren Maya provocara un leve impacto ambiental que contempla derribar “6637 individuos arbóreos afectados en el tramo Palenque-Izamal”, pero habrá programas de reforestación y acciones de mitigación.

La trágica historia del ferrocarril de Yucatán puede dar un giro de 180 grados con el proyecto ferroviario del sureste del país y que este medio de transporte ya no contribuya a la explotación de la población indígena de esa zona y por el contrario se convierta en un vehículo para sacar de la pobreza a los habitantes de esa región y se detone el desarrollo económico.

 

“Moche” monárquico; Rey Juan Carlos cobra por gestoría inmobiliaria de OHL

El Rey emérito de España, Juan Carlos I, cobró un “moche” de 4.2 millones de euros por intermediar en un negocio inmobiliario en Playa del Carmen, a mediados de la década de los 90, en la que participó la multinacional de la construcción OHL.

El pago se hizo a una empresa fantasma en 2009, creada por el ex monarca y ubicada en un paraíso fiscal.

Álvaro de Ornelas quien es primo del ex monarca declaró ante la fiscalía suiza que su pariente realizó la operación de gestoría a mediados de los años 90 del siglo pasado entre los sexenios de Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo.

La gestión que hizo el representante de la realeza española fue para facilitar la inversión de la constructora de origen ibérico para la edificación del complejo turístico Ciudad Mayakoba y después con la absorción de las empresas Huarte y Obrascón, en una operación impulsada por el entonces presidente y fundador de OHL, Juan Miguel Villar Mir, hoy fuera del cargo y acusado ante múltiples tribunales por corrupción.

Los tribunales suizos están investigando las cuentas de rey emérito en paraísos fiscales y sus planes para evadir al fisco así como los cobros por gestoría para empresas españolas ante autoridades mexicanas y de otras naciones.

Hay que recordar que el periodista Jacobo Zabludovsky reveló en noviembre del 2007 la supuesta injerencia del rey Juan Carlos de España y José Luis Rodríguez Zapatero, ante el Presidente Vicente Fox, para que la empresa española CAF se le concesionaria la construcción del Tren suburbano del Valle de México.