El expresidente Felipe Calderón Hinojosa, publicó el pasado sábado 28 de marzo un tuit en donde acusaba al gobierno de la Cuarta Transformación de modificar el paisaje tabasqueño (supongo por la construcción de la Refinería de Dos Bocas) y, según él, "estimular el uso de combustibles fósiles, que provocan el cambio climático, a costa del dinero de los mexicanos y destruyendo 300 hectáreas de mangle. ¡Vaya manera de cuidar la naturaleza!”.

Llama la atención el reclamo del político michoacano contra la política energética del presidente Andrés Manuel López Obrador, ya que si alguna administración federal estimuló el consumo de combustibles fósiles importados y subsidiados a costa del erario fue la del propio exmandatario.

Durante el gobierno calderonista, que inició en el 2006, el país gastó el equivalente al 53 por ciento de los ingresos por exportaciones petroleras, unos 112,569.2 millones de pesos, en importar gasolinas.

La administración de Felipe Calderón tuvo una política poco efectiva en materia de tarifas de las gasolinas que causó graves daños a las finanzas públicas del país y de Petróleos Mexicanos (Pemex). En 2007, para contener los precios de los combustibles, la administración del ahora líder del partido México Libre erogó del erario 65 mil 100 millones de pesos para subsidiar y contener el aumento del precio de las gasolinas; al año siguiente desembolsó 299 mil 300 millones de pesos.

Para el 2009 el gobierno federal disminuyó considerablemente el subsidio, lo que significó un gasto de 19 mil 200 millones de pesos; aunque en sus tres últimos años, el esposo de Margarita Zavala continuó con la política de amortización en los precios de la gasolina, llegando a los 93 mil 900 millones para 2010; 195 mil 800 millones para 2011 y, 252 mil 400 millones de pesos en 2012.

De acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SCHCP), en total, en el sexenio calderonista se perdieron casi un billón de pesos subsidiando la gasolina, en lugar de invertir en cosas más productivas como transporte público, escuelas, universidades y hospitales.

En promedio, durante el periodo enero de 2010 a junio del 2013, el precio de la gasolina Premium fue más barato en México que en Estados Unidos por 1.05 pesos por litro, esto a pesar de que más del 50 por ciento de este combustible era importado de refinerías de la Unión Americana.

A pesar de los subsidios en el sexenio del expresidente Felipe Calderón, el costo de la gasolina Magna aumentó 69.6 por ciento y la Premium 44.7 por ciento; pero el combustible que más subió durante los 6 años del mandato del michoacano fue el diésel, ya que tuvo un alza de 106.4 por ciento.

El subsidio a las gasolinas es un buen estímulo para aumentar el consumo de ese energético. Del 2007 al 2011 aumentó la demanda de combustibles en el país en un 7.6 por ciento y en ese mismo lapso el crecimiento de las importaciones para satisfacer el mercado nacional del energético creció en un 36.47 por ciento, mientras que la producción de petrolíferos para automotores en las 6 refinerías del país disminuyo en un (-12.3) por ciento.

En 2007, el consumo nacional de combustibles fósiles para automotores era de 771 mil 700 barriles diarios, y ya para el 2011 la demanda por estos productos fue del orden de 830 mil 6 barriles diarios, lo que significa un aumento importante en un país con muy poco crecimiento de su Producto Interno Bruto (PIB) y un aumento muy pobre del salario mínimo.

El expresidente panista justificó la implementación de su política de subsidios, alegando que si se quitan esos estímulos al consumo de los energéticos, se tendrían conflictos sociales.

“Quien simplemente dice que la solución es eliminar los subsidios a los combustibles fósiles está diciendo sólo una mitad de la verdad. Si alguien es totalmente honesto con la gente tiene que decirle que lo que está proponiendo es subir la gasolina de 10 a 14 pesos; tienen que ser honestos”. Así se lo dijo el exmandatario en mayo del 2012 a un grupo líderes juveniles que fungían como delegados del Young 20.

Agregó que “cada aumento de nueve centavos a la gasolina, que es menos de un centavo de dólar, es un escandalazo político. Hasta juicio político me quieren hacer por eso. Es un aumento gradual”.

En 2008 el marido de Margarita Zavala prometió la construcción de una nueva refinería en Tula Hidalgo para refinar crudos pesados y tener más producción de combustibles. Dicho proyecto fue cancelado.

La cancelación de la refinería de Tula significó una pérdida para las finanzas públicas de 3 mil 435 millones de pesos, ya que el proyecto contaba ya con la barda perimetral, dos túneles de desfogue, la reubicación de líneas de alta tensión y dos basureros, además que el gobierno del Estado de Hidalgo ya había adquirido los terrenos donde se instalaría.

Las refinerías que ahora no le gustan al expresidente no solo producen gasolinas sino otros 21 productos que son materia prima para la petroquímica secundaria.

Como vemos la política sobre subsidios de Felipe Calderón provocó un aumento en el consumo de los combustibles fósiles, dañando a las finanzas públicas del país, y a la hoy empresa productiva del Estado, además de una disminución de la producción de gasolinas a nivel local, a pesar de que en esa administración se invirtió millones de pesos en la reconfiguración de las 6 refinerías que hay en el país con el consiguiente aumento de la importación de estos petrolíferos.

El populismo del expresidente en cuestión de precios y subsidios a las gasolinas que tanto dañaron a las finanzas públicas y que favorecía más a los consumidores de ingresos medios y altos, no fue cuestionado por los periodistas y analistas amantes del liberalismo económico.