Libros de ayer y hoy

Cuando dicen que cierto tipo de persona es de plástico, se equivocan en varias cosas, aunque lo elemental quizá le quede al tipo aludido. El plástico es mucho más que esos insustanciales que todos conocemos. Surgido desde fines del siglo XIX y ya instalado con gran futuro a principios del siglo XX, el plástico ha sido uno de esos fenómenos de la química que no solo llegó a cambiar miles de oficios y satisfactores y a llenar muchas necesidades, sino que aparte su utilidad se fue expendiendo a casi toda actividad humana. Por desgracia, se convirtió con el tiempo en el principal agravante para la destrucción de la naturaleza, sobre todo de los mares. En ese desastre, la gente ha sido desde luego, la verdadera culpable por el mal uso, la abundancia y la forma indiscriminada de usarlo. La toma de conciencia, ya inmersos en el gran problema, ha ido declinando su uso en varios países y hay algunos como China que dejaron de usarlo desde hace tiempo. México llegó tarde a esas medidas y en este incipiente 2021, apenas inicia la segunda etapa con recipientes y enseres de muchos tipos que por obligación deben salir de la venta. La pregunta que hicimos cuando se anunció la primera etapa en el 2019 sobre las opciones de sustitución, no ha tenido una respuesta definitiva.

¿Qué hacer ante situaciones en las que el plástico es necesario?

Las empresas siempre ganonas eliminaron las bolsas de plástico que daban a los clientes y fue bonanza para ellas porque ahorraron mucho. A continuación lanzaron a gran escala, la industria de la bolsa del mandado que es de fibra sintética y que no sabemos qué futuro tendrá. Por lo pronto, ese empresariado se reconstituyó y salió ganando. El cliente no. Este tuvo y tiene que comprar bolsas a fuerzas. Se han estado eliminando paulatinamente las bolsas pequeñas de plástico en las que se servían frutas, verduras y otras compras medianas y pequeñas. La entrada del segundo paquete de desaparición de plásticos no tuvo la promoción suficiente. En muchas tiendas no se encuentran ni el más pequeño popote por ningún lado. Ya hay bolsas biodegradables, que tampoco solucionan el problema de contaminación de ríos y océanos por lo pronto, porque aunque se sabe que la degradación tardará menos, de todas maneras tardará. Las especies marinas tendrán que esperar algún tiempo para que se deshagan en sus estómagos. Ni siquiera pensarlo. Una respuesta que han dado las siempre oportunas empresas son unos recipientes cuadrados de plástico, para alimentos procesados, que al ser prácticamente masivos, atiborran las cocinas y aunque reciclables, terminarán sumándose como las bolsas de plástico, a la contaminación de las especies marinas. Peor, porque son de resistencia más dura. Son solo unos ejemplos y es urgente que con una información amplia y a todos los niveles, nos detallen las autoridades correspondientes sobre la sustitución: tan importante como eliminar, es sustituir.

El Hombre Plástico de la ficción, tendría 3 mil años de vida

Miles de industrias han invadido con el plástico sus creaciones, las de los juegos sobre todo, que se reflejan en series y en películas y han sido lanzados en lo concreto, al mundo del juguete. Lo acabamos de ver en los amontonamientos que se dieron por el día de los Reyes, de padres irresponsables que se amontonaron en el centro de la ciudad. Las imágenes lanzaban muñecas, héroes de lo más diverso, animales plastificados, juegos de todo tipo. El mundo de la fantasía se apoderó de muchos héroes que tienen décadas matizando los sueños de los niños. Vinieron a sustituir a aquellos cuentos maravillosos de siglos pasados, que crearon arquetipos que hoy se usan, se alteran y deforman en las nuevas aportaciones de leyenda. Uno de esos ha sido Hombre Plástico un singular personaje que se desarrolló en la fantasía a medida que también se desarrollaba el plástico y se convertía en parte fundamental de nuestras vidas. Ese personaje, que ha vivido todas las transfiguraciones, en series, acompañante de personajes como Batman, ha sido retomado por muchos autores y descrito en libros que terminan en series, fue creado en 1941 por Jack Cole, un dibujante. Tomado por el proyecto Quality Comics en sus orígenes, pasó de largo a otros sitios y fue dando tumbos y levantándose como una creación singular, a medida que se exhibían en el mundo las características del plástico, que le dio nombre. Sin querer, pero vinculado por ese nombre, el personaje ha sufrido las ventajas y avatares del plástico. Los que lo retomaron, grandes creadores como Frank Miller y Kyle Baker, le impusieron características ya definidas en otros personajes como Alicia en el país de las maravillas, ya que se encoge, se hace grande, se estira, se disecciona y penetra en todos los ámbitos y recovecos. Convertido en miles de moléculas, a diferencia de las bolsas de plástico, se mete a los océanos sin lastimar la vida de las especies. Ha sobrevivido, según su ficción, más de 3 mil años. Distinguido por sus colores rojo, negro y amarillo, aparece en juguetes que a lo mejor, en esta presentación, puede abundar los ya de por si grandes desechos del plástico. Y así, este mágico Hombre Plástico, que no es tan trivial, como esos insustanciales que viven de la crítica, a lo mejor termina siendo un nuevo motivo de contaminación. Ojalá no.