Si vivimos juntos, juntos debemos decidir
José Luis Rodríguez Zapatero
El municipio es la entidad política más cercana al ciudadano, es el territorio donde la democracia en algunas partes aún se vive al estilo griego: en forma directa. Pero también donde más actos de tiranía pueden ser observados sin que sepamos qué hacer para enfrentarlos como ciudadanos.
La democracia en los municipios se percibe como un cúmulo de hipocresías, robos, promesas y acciones para la comunidad que enmascaran beneficios para los amigos, los socios o los compadres. Es un espacio de poder para un grupo político y es un factor de exclusión para la mayoría de sus habitantes pero eso nadie parece advertirlo o no lo aceptan.
En Cuautepec, cada administración municipal, tras el embeleso de las elecciones, se convierte en el objeto de las críticas de muchos pero cada vez se repite la misma historia: impotencia e impunidad. Entonces ¿qué nos hace falta?
La respuesta es de carácter ético. No depende de ningún partido político o de un tipo de personas especiales. Depende de los valores morales con que nos conducimos. No me refiero a los valores religiosos sino democráticos. Y el más importante quizá sea el de la solidaridad.
La solidaridad puede ser entendida como la adhesión incondicional a una causa: la del desarrollo humano en comunidad. Y lo considero un valor porque esa adhesión es intangible y es capaz de guiar nuestros actos.
En Hidalgo, más de la mitad de la población es pobre y ello se replica en Cuautepec y significa que los pobres son quienes determinan el resultado de una elección. Y si son pobres y te eligen: ¿por qué no ser solidario?
Tal parece que vivimos en un ambiente de egos, ambiciones y corrupción. Este ambiente con regularidad es la causa de nuestra aversión por la política y la causa que ha llevado en el último año a la movilización ciudadana dentro de Cuautepec, algo inusitado.
Sí, el principio de todo parece haber sido la desafortunada muerte de personas (mujeres) inocentes pero la insensibilidad de las autoridades municipales aunado a las irregularidades en su administración han tenido un solo final: la movilización en contra del Presidente Municipal.
Desde un premio falso hasta la prohibición/permisión de una charreada, el despido de muchos, la realización de obras públicas sin rendición de cuentas, la falta de transparencia o la implementación de políticas emergentes (pláticas sobre violencia contra la mujer, alumbrado público donde "se ahogó el niño", integración de un comité para los derechos de los niños sin actividades recientes, etc.) solo "le tapan el ojo al macho" y podrían tener como resultado la exclusión de sus responsables.
Este 10 de julio, se anunció una marcha en protesta contra el Presidente Municipal, anuncio que se hizo con cierto sigilo porque probablemente detrás de todo esté un grupo de intereses dudosos pero sea cual sea su causa verdadera o sea quien sea su promotor, espero que su propósito y resultado sea sólo uno de carácter global para toda la administración municipal: impulsar la auténtica solidaridad.