La verdad es que existen libres por ahi y pululando bien cargados de los bolsillos, otros gobernadores que además de malversadores de fondos y ladrones han sido matones y mafiosos, pero desde luego que nadie los ha tocado. Duarte de Veracruz será el primer gobernador del PRI que estando en funciones será expulsado del partido. Los secuaces de su administración a los que han decidido poner el dedo flamígero e igualmente “retirar su afiliación al partido”, aseguran y comprueban no pertenecer ni estar afiliados al PRI. Ante la ciudadanía queda el enredo mediático estratégico electorero que armó Ochoa Reza.

Porque si su estrategia no prosigue con los que deben seguir en la lista, no le servirá de nada al PRI, ya que la acción perpetrada contra un solo político corrupto escogido de chivo expiatorio, no alcanza para liberar al partido de su caída en picada. No les da oxígeno suficiente; no les alcanza para limpiar su enlodado nombre.

Además, cuando se comprueba la criminalidad de cualquier funcionario público lo conducente es procesarlo penalmente. El que lo expulsen del partido no significa ningún castigo ante la sociedad, al rato se arrejuntan a otro partido. El fuero, no ha sido abolido, es una de las tantas aberraciones “legales” creadas por el régimen. Que modifiquen la ley para que ya no exista en ninguna circunstancia esto, y entonces a lo mejor se iría entendiendo la gente con el gobierno.

Moreira, que fue detenido en España y luego liberado, que se sabe lo que se sabe de su persona, que además colocó al hermano en su lugar al término de su mandato y es hoy quien gobierna Coahuila, igualmente cuenta con millones de pesos en empresas fantasmas. Malova de Sinaloa, háganle un recuento para que vean lo que encuentran. Al señor secretario de gobernación y familia, que le esculquen bien. Y etcétera.

El pueblo de México, sabe a ciencia cierta, que a los Moreira los protegen y su cola es bastante más larga que la del veracruzano Javier Duarte. Si Humberto Moreira o su hermano fueran llamados al patíbulo, entonces quizá comenzaría la sociedad a levantar la ceja, a observar con otros ojos, mas no sin cautela, ya que la apariencia y el disimulo son estrategias conocidas del régimen, que se implementan cuando se acercan los comicios electorales. Es decir, llamaradas de petate para impactar a la ciudadanía y luego que se calman las aguas, se les libera a los hampones de cuello blanco de todo mal. Puro teatro con propósitos turbios.

No se nos olvida lo que digo arriba, lo hemos visto suceder una y otra vez en cada sexenio. Pareciera, no obstante, que al ineficaz de Ochoa Reza ya se le olvidó.