Vienen retos enormes para el equipo que a partir del 1 de diciembre habrá de dar una nueva cara a la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu).

Viene de entrada el reto de recibir la dependencia al equipo de Rosario Robles Berlanga, para de inmediato redireccionar los objetivos de la dependencia hacia lo que desde la precampaña han ido delineando tanto el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, como su candidato para ocupar la titularidad de la Sedatu, Román Meyer Falcón.

No está de más recordar que López Obrador y Meyer Falcón han hablado de programas de vivienda y desarrollo urbano que pongan a la gente al centro de las decisiones, en especial a los más pobres, lo que se traduce en extender la cobertura y alcance de los programas de vivienda y en acciones específicas para regenerar el deterioro urbano en todas las ciudades mexicanas, en especial, en aquellas que por situaciones muy específicas han registrado caídas importantes en calidad urbana, que se traducen en pérdidas igual de grandes en materia de calidad de vida.

De entrada hay que decir que la nueva Sedatu tendrá que hacer frente a proyectos señalados como estratégicos por la nueva administración, particularmente en temas relacionados con ordenamiento territorial en proyectos tan emblemáticos de las campañas como los efectos del más que polémico nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, una nueva refinería, la ampliación de la banda fronteriza, la propuesta de descentralización y, ya más recientemente, el anunciado programa de regeneración de 15 zonas urbanas, entre las que hay que contar lo mismo destinos turísticos, que ciudades fronterizas.

Se trata de temas de enorme, pero enorme relevancia, que con seguridad habrán de ocupar muy buena parte del tiempo del nuevo Secretario y su equipo más cercano, por lo que, además, tendrá que ser capaz de dar claridad a la agenda de vivienda y lograr que el equipo elegido para tal fin se ponga a trabajar cuanto antes.

A este respecto, todo apunta a que Meyer Falcón se estará apoyando en Armando Rosales, que ha sido propuesto por el futuro titular de la Sedatu, para ocupar la subsecretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda en la dependencia.

Rosales tendrá que atender de inmediato dos grandes problemas; lo complejo que resulta atender la demanda de vivienda de quienes no son derechohabientes de Infonavit y Fovissste, particularmente cuando se trata de los segmentos de menores ingresos, y el acelerado incremento en los precios de la vivienda urbana.

El primero de estos retos obedece al objetivo de extender la cobertura de los programas de vivienda, lo que habrá de requerir un profundo proceso de inclusión financiera, que destine fondos, pero, sobre todo, diseñe programas de ahorro, financiamiento y subsidio, que hagan viable otorgar un crédito a ese universo conocido como “No Afiliados”, que representa más de la mitad de la población económicamente activa del país.

No... No es tema menor... Porque si bien en esta categoría de “No Afiliados” encontramos profesionales independientes y segmentos urbanos de ingresos medios, hay que contar también a un enorme sector de la población de ingresos muy bajos, que vive en comunidades rurales, situación que en muchos casos se agrava por la dispersión y lejanía de los lugares donde viven.

Y claro, es en este segmento donde aparte de todo es necesario garantizar subsidios para los grupos de menores ingresos, lo que llegada la hora de definir los presupuestos públicos, implica la capacidad de vender muy bien esta agenda en el Congreso.

En lo que toca a la necesidad de frenar el encarecimiento de la vivienda, el reto está en dos vertientes; por un lado, trabajar con los gobiernos municipales en la actualización de sus programas de desarrollo urbano, de tal modo que se destine suelo suficiente a uso habitacional y se acote la especulación.

A esto, que de por sí ya es tema difícil, hay que agregar la necesidad de realizar inversiones muy importantes a fin de generar la infraestructura y capacidad de dotar de servicios públicos a estos segmentos de población y, si fuera el caso, nuevas zonas urbanizadas.

Por el otro, la nueva Sedatu tendrá que crear instrumentos que permitan incrementar la producción de vivienda y encontrar modelos que permitan que los costos de las mismas y las rentabilidades de los empresarios del sector, sean atractivos para que los grandes inversionistas vuelvan a ver con interés este mercado.

Y claro, para que todo esto sea posible, se requiere fortalecer a la Sociedad Hipotecaria federal, el banco de desarrollo del sector, que entre otras muchas cosas, se encarga de garantizar el financiamiento que hace posible mantener activas las líneas de producción de vivienda.

Muy ocupado están ya Meyer Falcón y su equipo... Que se agarren, porque a partir del 1 de diciembre tendrán que acelerar el paso para poder atender los enormes retos que les tocan.

Horacio Urbano es presidente fundador de Centro Urbano, think tank especializado en temas inmobiliarios y urbanos

Correo electrónico: hurbano@centrourbano.com

Twitter: @horacio_urbano