He leído en este mismo diario digital la nota sobre la destitución de Pablo Hiriart al frente del rotativo La Razón, noticia que me ha sorprendido por la figura periodística que representa el señor Hiriart, y es que para ser honestos, el hoy director despedido no se hacía diferenciar por su enorme criterio y profesionalismo para expresar su opinión sobre temas que tuvieran que ver con la izquierda mexicana, sino más bien, sus columnas eran más para atacar –ya la crítica era mucha pieza para él- y hasta calumniar en más de una ocasión a todo lo que oliera al líder y presidente del que será partido político, Morena; pues sus “opiniones” parecían más la de un fanático, que la de un director de un diario como La Razón.

En más de una ocasión se publicaron varios textos de un servidor  donde se opinaba las formas en que Pablo Hiriart se expresaba y hasta calumniaba a la figura del político oriundo de Macuspana Tabasco, y a diferencia del ex director de La Razón, mis columnas siempre fueron una expresión legítima de un ciudadano en contra de los fanatismos radicales que suelen escribirse por parte de varios columnistas que publican en diferentes rotativos de circulación nacional y con presencia en internet.

Según las versiones periodísticas, todo parece que la recesión de contrato entre Pablo Hiriart y su ex jefe, el empresario petrolero Ramírez Garza Cantú, se debió al estilo fanático del señor Hiriart respecto a temas que tuvieran que ver con la ideología de izquierda que suelen escribirse en el diario La Jornada. Si lo anterior fue lo determinante para ser despedido un director editorial del diario La Razón, más que pretenderse desgarrar las vestiduras por una acción autoritaria del empresario Ramírez Garza Cantú contra  la libertad editorial y de expresión, este es un claro mensaje para todos los que voluntaria e involuntariamente escribimos o que trabajan para un medio informativo, que los negocios en muchas ocasiones pueden estar contrapuestos a la “libertad” de expresión, y sucederá cuando dicha libertad esté sólo sustentada en la calumnia, en la difamación y en el golpeteo político mediante campañas sistemáticas de desprestigio contra una persona o ideología, y que dichas opiniones se encuentren parapetadas en una “libertad de expresión” emanadas de un supuesto trabajo periodístico. Si esto sucede, lo que se estaría leyendo sería entonces un vulgar y simple panfleto.

Hoy fue don Pablo Hiriart por su estilo radical, en el pasado fue el director y dueño de SDPnoticias.com quien construyó y dirigió el diario Milenio, así como el despido temporal de la respetada periodista Carmen Aristegui de su noticiero MVSnoticias por su comentario sobre el alcoholismo del michoacano chaparrito de lentes que hoy radica en Estados Unidos, sin dejar de mencionar el caso más significativo de autoritarismo y de extrema ideología conservadora, el despojo que sufrió el periodista José Gutiérrez Vivó de Diario Monitor a causa del despotismo y fobias del ranchero Vicente Fox Quesada.

El trabajo periodístico tendrá que luchar constantemente en contra de los poderes fácticos y los intereses económicos que se forman a su alrededor, pues en ocasiones las sanas relaciones públicas y la dinámica de los negocios atentarán contra esa  libertad de expresión, y es que muy pocos periodistas, sino es que la mayoría, poco entienden que gracias a la actividad empresarial que desarrollan los medios de comunicación, es como sale el sueldo de todos los que trabajan en las empresas editoras de noticias.

SDPnoticias.com no es la excepción de que la libertad de expresión está peleada en ocasiones con la dinámica empresarial, pues muchos de los que inicialmente comenzaron este proyecto periodístico y quienes diariamente escribían para este diario electrónico, ya no están sus columnas, y que lamentablemente ya no escriben columnistas de la talla como Jane de la Selva, o la romántica y hoy diputada Polimnia Romana.

Los que seguimos escribiendo, o mejor dicho, a los que se nos sigue dando la oportunidad de que se publiquen nuestros textos, debemos de valorar la libertad de expresión que aquí se nos permite, pues para ser honestos, un servidor ha cuestionado en su momento la línea editorial que ha tenido este espacio del 2012 a la fecha.

El Apunte

La libertad editorial está directamente ligada a la libertad económica, es decir, alejada de los poderes económicos de facto y de las relaciones de conveniencia publicitaria con los gobiernos, y de las arrogancias de los gobernantes.