Siendo Emilio Lozoya Austin uno de los hombres más cercanos al ex presidente Enrique Peña Nieto durante su administración (2012-2018), misma que ha albergado la corrupción más expuesta en los últimos sexenios, se hace imprescindible la presencia del ex mandatario a declarar por los mismos presuntos delitos, (delincuencia organizada, cohecho y operaciones con recursos de procedencia ilícita), por los cuales el ex director general de Petróleos Mexicanos (Pemex) se encuentra desde el pasado miércoles 12 de febrero detenido y recluido en un centro penitenciario de Málaga, España, luego de que la Interpol emitiera una orden de captura en su contra en 180 países.
Peña Nieto, debe ser llamado a comparecer ante la justicia y responder por ese sexenio de abusos, de corruptelas, de sobornos, y de negocios oscuros como Odebrecht, como la Estafa Maestra, y como Oceanografía entre muchos otros.
Lozoya Austin fue alcanzado por el conocido escándalo Odebrecht, luego de que tres ex directivos de la mencionada constructora brasileña manifestaran ante autoridades que el ex director General de Petróleos Mexicanos (PEMEX) había recibido más de 10 millones de dólares en sobornos entre 2012 y 2016 para facilitar la firma de contratos.
Así lo publicó el influyente diario brasileño O’Globo, incluidas las declaraciones de Luis Alberto de Meneses, Luiz Mameri e Hilberto da Silva, funcionarios de la constructora que accedieron a colaborar con la justicia a fin de obtener reducción de sanciones, por lo que de acuerdo a los testimonios de dichos funcionarios de Odebrecht inculpados por la justicia brasileña así como por la información existente en documentos tales como copias de las transferencias electrónicas, órdenes de pago de los bancos, video grabaciones y correos electrónicos, se pudo constatar que el nombre de Emilio Lozoya aparecía vinculado a diversas operaciones ilícitas. Los documentos y testimonios apuntaban que Lozoya Austin había recibido 4.1 millones de dólares entre abril y noviembre de 2012, lapso que sería durante y después de la campaña presidencial de ese año, en tanto los declarantes aseguraban que ese dinero se había canalizado hacia Lozoya, quien estaba a cargo en el área internacional de la campaña del entonces candidato priista Enrique Peña Nieto.
Luis Alberto de Meneses declaró también que en el mes de marzo de 2012 Lozoya le dio el nombre de una empresa offshore en las Islas Vírgenes Británicas para que a partir de esa época se realizaran los pagos a la cuenta de dicha empresa creada para las artimañas y fue así como las transferencias fueron operadas en abril de ese año, una por 250,000 dólares y otras de 495,000 y 505,000.
Tras ganar Peña Nieto la contienda electoral para la presidencia de la República y acceder Lozoya a la Dirección de PEMEX, Odebrecht ganó el contrato por 115 millones de dólares, para el proyecto de remodelación de la refinería Miguel Hidalgo, en Tula, Hidalgo, y según las acusaciones Lozoya Austin recibió cuatro millones de dólares, siendo que las transferencias continuaron en diciembre de 2013 y en varios meses de 2014.
Ante el escándalo y entre sospechas de malos manejos financieros en febrero de 2016, Lozoya, fue removido fulminantemente por Peña Nieto de la dirección de PEMEX, siempre negando las acusaciones amagando con acciones civiles y penales contra todos los que aseguraba lo habían acusando sin fundamento.
Enrique Peña no lo pudo seguir protegiendo en razón de la intensa presión social en México así como la que ejerció el propio gobierno de Brasil y muchos medios de comunicación nacionales e internacionales. La entonces Procuraduría General de la República (PGR) hoy Fiscalía General de la República (FGR) lo hizo comparecer en calidad de indiciado por presuntamente haber recibido los 10 millones de dólares de parte de la constructora brasileña Odebrecht.
El pasado 22 de mayo de 2019, la Secretaría de la Función Pública anunció que Emilio Lozoya había sido inhabilitado por un periodo de 10 años para ejercer cualquier cargo público, tras proporcionar información falsa en su declaración patrimonial y en dos ocasiones más haber omitido una cuenta bancaria.
Cinco días después, la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda informó que le fueron bloqueadas sus cuentas bancarias debido a que se identificaron operaciones con recursos que presuntamente no proceden de actividades lícitas.
La reciente detención del ex director de Pemex pareciere que es la pinza que ha cerrado el círculo luego de la detención de Rosario Robles, para que el ex presidente Enrique Peña Nieto sea citado a declarar por la justicia mexicana.
Durante su sexenio fueron varios temas los que abrieron la puerta para que se le identificara como el gobierno más corrupto a los ojos de todo el mundo; La Casa Blanca y la Estafa Maestra, mostraron la podredumbre que había en ese gobierno pero la justicia no alcanzó a ninguno de los involucrados.
De ahí que será importante lo que pueda resultar del caso Odebrecht en México, dado que a nivel internacional ya causó estragos en otros gobiernos dando paso incluso a la caída y encarcelamiento de presidentes como Luiz Inacio Lula da Silva, el suicidio del ex presidente de Perú, Alan García o la renuncia de la ex presidenta de Brazil, Dilma Rousseff.
Lozoya deberá también responder por otros negocios que habría hecho al amparo de Pemex, como la compra de Agro Nitrogenados que habría adquirido a sobre precio, Fertinal, y Oceanografía, así como su favoritismo a la empresa Seamex de David Martínez, en perjuicio de la empresa Oro Negro, que era la que le rentaba las plataformas y mandó a la quiebra al dejarle de pagar miles de millones de pesos.
La detención de Emilio Lozoya, debe tener a no pocos ex funcionarios “poniendo sus barbas a remojar”. Tal como ha amagado desde el momento en que su nombre comenzó a ser perseguido por la sombra de la corrupción, estaría dispuesto a decir nombres y apellidos de quienes participaron en cada uno de los “negocios” así como de dónde venían las órdenes, quiénes las ejecutaban y a dónde fueron a parar los recursos que se obtuvieron. Esta amenaza ha sido respaldada por su poderoso abogado, Javier Coello Trejo, quien ha sostenido que la defensa se basará en “evidencias muy contundentes”, que a su juicio “pueden desacreditar su presunta responsabilidad”, ya que afirmó Loyola no se manejaba solo.
“Tenemos que defender a nuestro cliente, si es culpable que lo condenen, pero sino, que lo absuelvan y quienes hayan sido los culpables, dado órdenes y recibido dinero que también caminen porque es muy triste que haya justicia selectiva”, dijo el abogado.
Pero desde ya hemos visto a personajes e instituciones deslindarse del ex director de Pemex. El primero en hacerlo fue el presidente nacional del PRI, Alejandro Moreno, tras señalar que Emilio Lozoya, sólo fue parte del equipo de Enrique Peña Nieto, por lo que nunca militó ni tampoco realizó tareas para ese instituto político, afirmando que son las personas las que cometen ilícitos y no las instituciones.
Siendo o no exacta la afirmación del presidente priista en el sentido de que Lozoya nunca ha sido militante de su partido, lo cierto es que hizo campaña a favor del ex presidente Peña, y que su familia siempre ha estado ligada a dicha institución política, siendo su padre, Emilio Lozoya Thalmann, un economista y político mexicano, miembro del Partido Revolucionario Institucional, quien fue director general del ISSSTE y Secretario de Energía durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari.
Otros personajes que salieron rápidamente a deslindarse fueron Miguel Ángel Osorio Chong, ex secretario de Gobernación, quien dijo que nunca tuvo conocimiento de los delitos por los que se le acusa al ex director del Pemex ya que “no tenía mayor relación” con él, con quien platicó sólo en dos ocasiones, pese a que coincidió en reuniones del Gabinete. “Que se lleve el proceso como se debe, apegado al Estado de derecho y por supuesto, todo lo que tenga que ser, que salga a la luz pública y se castigue, si hay lugar, con todo el peso de la ley”, destacó.
En tanto, la ex secretaria de Relaciones Exteriores, Claudia Ruiz Massieu, ex dirigente del CEN del PRI, indicó que sólo comentaba con el Ejecutivo los temas que lo ameritaban, “todos los que trabajan en el gobierno están dentro de una estructura jerárquica que encabeza el Presidente de la República, quien nombra a los titulares de las dependencias, que su superior los puede nombrar, no tengo nada más que decir, porque desconozco la investigación (de Lozoya)”.
Hay dedos que apuntan hacia Luis Vega Aguilar, ex Secretario de Finanzas del CEN del PRI, como uno de los hombres más cercanos al Peña Nieto, lo ubican como su amigo, colaborador y beneficiario y se dice que sería el intermediario en los negocios oscuros del ex presidente.
Pero con seguridad, en la medida que Lozoya Austin comience a declarar irán saliendo nombres, y más nombres; de tal suerte que empresarios, funcionarios, empresas, y gobiernos deben estar muy preocupados, algunos de ellos incluso con amparos en mano y con las maletas hechas para salir del país en cuanto comience a subir el nivel del agua, si es que aún se encuentran en territorio mexicano.
Lo cierto es que la investigación se debe llevar a fondo, que no haya justicia selectiva, que imperen procesos apegados a derecho y se castigue de manera ejemplar esa corrupción que tan expuesta estuvo en el gobierno anterior.
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