Parece que la inmunidad se le termina al ex líder del Sindicato de los petroleros. Carlos Romero está en la mira de la Fiscalía General de la República. Hoy en día, no precisa ningún amigo en el gobierno que pueda abogar por él, más bien oponentes. Su eterno aliado el PRI, tiene sepultado prácticamente su suerte a posteriori; ante la escasez de imágenes del más alta esfera política, Deschamps encuentra un inexorable destino que irá desgranando los episodios que durante años causaron vilipendio y exacerbación entre la sociedad. Su figura es frágil, y se hunde por un sinnúmero de fechorías, fraudes, corrupción, clientelismo y todas esas concepciones que han lacerado la vida democrática de nuestro país.

Esto no debe constituir el hilado proceso de un trama; por ningún motivo se trata de una persecución y acoso político; tampoco una cacería de brujas. Los numerosos capítulos grotescos de una imagen potentada, bajo el flujo del poder público, tiene que rendir cuentas a la justicia. Ya es tiempo que los exfuncionarios públicos acudan ante las instituciones judiciales porque sus conductas antisociales, reflejaron durante muchos años, un clima lleno de lujos y privilegios; asimismo, una rendición de resultados que estuvieron manipulados por el saqueo de los recursos naturales que edificaron y se beneficiaron a través de la ilegalidad.

Esa combinación de cacicazgo y el excesivo uso del poder a través de espacios, trajo un avasallante dispendio que afectaba seriamente la sensibilidad de una sociedad que sufría la desigualdad social por la clase dominante. Para situarnos en ese escenario, solo hay que recordar todos los años que vivió sobre el cobijo de los gobiernos del PRIAN, lo que engendró prácticamente una figura omnipotente, llena de influencias e intereses que inflexivamente dotaba la “Gallina de los huevos de oro” (PEMEX). Sometido por la corrupción administrativa, parece que Deschamps fue poseedor de un blindaje que era impensable de penetrar. Tal vez, porque siempre estuvo bajo la protección de exmandatarios como Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña nieto, los cuales eran complacientes, ya que a menudo había correspondencia por el mecanismo de control que ejercía Carlos Romero desde el Sindicato de Pemex. (Operador político eficiente, similar a Elba Esther gordillo, otra de las imágenes preferidas y consentidas del sistema)

Los escándalos, denuncias, audios, filtración de información y, su círculo más cercano, tienen prácticamente atado de manos a Deschamps; se encuentra ante la encrucijada que muestra una corruptela a gran escala. Al menos su destino, depende totalmente que se demuestren los agravios cometidos durante años; eso evidentemente da origen a que se reabran todos los procesos que están plagados de irregularidades. La seriedad de este problema se fundamenta claramente en ese andamiaje antisocial que fueron concentrando una extensión de corrupción a mansalva. Naturalmente el costo debe ser muy alto, y tiene que tener una inclinación apegada a la percepción palpable y corrupta de un personaje que disfrutaba de las delicias del poder.

Esta vez parece que no tiene salida. Insistimos, no se trata de una persecución, no tratemos de encontrar una lógica en ese tenor; ¡ya es justo que todas esas figuras que se enriquecieron con el recurso público y, bajo el cobijo que atestiguaron muchos exfuncionarios, lleguen a un desenlace de justicia! La falta de transparencia fue uno de los lastres más ominosos de anteriores administraciones; hoy en día, se ha podido transparentar varias acciones, porque el compromiso de Andrés Manuel López Obrador, es evidenciar las anomalías a través el uso de los instrumentos legales.

Muchos insinúan que esto se trata de un esquema de un flanco autoritario. Sin embargo, reconocemos la transparencia que ha sido la palanca a fin de que la sociedad recupere la confianza de las instituciones encargadas de impartir justicia. Hay mucho escepticismo que se percibe. ¿Cuál será el futuro de Carlos Romero? Esta vez parece que el clima es totalmente desfavorable para el ex líder sindical de los petroleros. Pronto lo sabremos.