30 de abril de 2024 | 02:02 p.m.
Opinión de Ricardo Pedraza

    Las matemáticas y el Coronavirus

    Las primeras etapas del contagio son fundamentales para saber si se puede detener una epidemia.
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    Ayer en la noche, me llegó una liga de un artículo muy interesante publicado en el Corriere della Sera, uno de los principales diarios de Italia. Aprovechando que hace muchos años estudié italiano, desempolvé un poco esa parte de mi cerebro que todavía lo entiende y empecé a leerlo.

    El autor Paolo Giordano comenta cómo las matemáticas ayudan a razonar en medio del caos. En resumen, el artículo habla de un número, que es diferente para cada enfermedad que en italiano le dicen “erre con zero” literalmente “errar con cero” en español. Este número indica el promedio de personas que son infectadas por un individuo infectado. Si esta cifra es inferior a uno, la difusión termina por sí sola.

     

    Los tres grupos

    Giordano divide a la población en tres grupos:

    -Los Susceptibles: son las personas que podrían estar contagiadas.

    -Los infectados: son las personas que ya están contagiadas.

    -Los Recuperados: Son las personas que ya tuvieron la enfermedad y por lo mismo ya no pueden retransmitir el virus.

    Esto se monta en un modelo matemático conocido como modelo SIR, que es un modelo matemático simple que puede capturar muchas de las características típicas de los brotes epidémicos. Su nombre proviene de las iniciales de los tres grupos.

     

    La Ro

    La fórmula del modelo matemático SIR tiene una variable Ro que es el número de personas que cada persona infectada contagia. La Ro para el sarampión es 15, esto sí y solo sí ninguna persona tiene una vacuna. Para las paperas la Ro es de 10, igualmente si la población susceptible no está vacunada. Para el coronavirus, la Ro es de 2.5. Si es más bajo que la de otras enfermedades, pero ese no es el problema.

    El saber que la Ro del coronavirus es más baja que otras enfermedades no trae la tranquilidad deseada. Lo bueno sería que la Ro del coronavirus fuera menor a uno, pero no lo es, al menos no ahora.

     

    La epidemia

    En las primeras etapas de una enfermedad nueva para los humanos, las primeras etapas del contagio son fundamentales para saber si se puede detener una epidemia. La velocidad de contagio depende de la Ro que hablamos anteriormente, pero para el modelo matemático también entra otra variable muy importante que es la ventana de contagio. Esta ventana es el tiempo en el cual una persona infectada puede infectar a otra, para el caso del coronavirus o Covid-19 es alrededor de siete días.

     

    La contención

    Después de conocer cómo funciona un modelo matemático tan simple pero contundente como el SIR, es fácil determinar cómo se puede desaparecer la amenaza de una posible pandemia. Si se ataca directamente a la Ro de Covid-19 hasta que sea menor que cero, el contagio se acaba. ¿Cómo puede hacer que esto suceda? Es fácil y ya se hizo en México como hace 12 años con el virus de la influenza. Lo que se debería de hacer es una especie de cuarentena. No escuelas, estadios, museos, o lugares donde existan muchas personas. Si se pudo hacer en México, con todo y nuestra terquedad, ¿por qué no se puede hacer en otros países? Aunque económicamente Europa sea más que México, en este tipo de cuestiones está años luz atrás. Los mismos chinos han contenido de cierta manera el virus, pero el “no contagio” de los tercos ha traspasado las fronteras y al parecer los más necios se encuentran en Europa, específicamente en Italia.

    Lo que parecen acciones exageradas del gobierno chino, como la cuarentena en Wuhan, son las que han hecho que la epidemia no se haya convertido en una locura. En Singapur, el gobierno y los oficiales de salud establecieron medidas draconianas para contener la infección. Esto no fue solo en los hospitales, donde se tiene cuarentena obligatoria para todos los casos sospechosos. A estas personas se les multa y podrían ir a la cárcel si no respetan la cuarentena. Se cerraron escuelas y mercados, además de tener controles sanitarios con personas que tenían contacto con muchas más como los taxistas. Con esto, han logrado “domar” a la enfermedad.

     

    Ya no contagio…

    .. es la mentira más grande en cuestiones de epidemias. Los anti vacunas, los que no toman su tratamiento antibiótico completo porque “ya se sienten bien” son los principales responsables de las epidemias y contagios.

    Si me dieran un dólar por cada persona que deja a medias el tratamiento con antibióticos porque ya sintió una mejora física, sería millonario. El mismo caso en las personas que creen que por estar en tratamiento ya no contagian a los demás. Irresponsable de estas personas estar en contacto con otros pues en invierno esos bichos llegan a seres cercanos sobre todo los más susceptibles como bebés, niños y ancianos.

    Ahora que no se tienen casos registrados, las autoridades de salud mexicanas deberían de hacer un programa de contención para posibles contagiados, ponerse “perros” en las fronteras con los extranjeros que lleguen de destinos donde haya índices altos de contagio. Sale más barato inspeccionar y regresar a un avión lleno de italianos o chinos contagiados que darle tratamiento a los afectados por un posible contagio. Se lo hicieron a México hace 12 años y no nos ofendimos, sería una tontería que no lo hagamos para los que nos pueden traer contagios.

    A este gobierno le gusta recordar los hechos históricos, pues si los españoles trajeron la viruela que acabó con una gran parte de la población indígena, no dejemos que un avión nos traiga un posible contagio de Covid-19. A diferencia de los indígenas, ahora tenemos la tecnología necesaria para contener a los posibles transmisores de contagio y mantener esa Ro debajo de cero.

     

    La gráfica falsa

    Por último, vi una gráfica, convertida en meme, donde se veía que la mayoría de los países del tercer mundo no tenían casos de coronavirus reportados. El tercer mundo no es el mejor para reportar este tipo de enfermedades, además que muchos de estos países están cercanos al ecuador donde las temperaturas cálidas no permiten el desarrollo de este virus. Otra cosa, todos los países del hemisferio sur ahora tienen su verano, por lo que el calor protege de cierta manera a estos lugares de enfermedades como el Covid-19.

    En otras palabras, no es que no los reporten, es que no hay tantos casos porque estos desaparecen con el calor. El peligro viene en cuatro meses cuando llegue el invierno al hemisferio sur. Esperemos que los del hemisferio norte ya hayan encontrado la manera de contener y curar el virus. Sino , la solución está en disminuir la Ro como lo está haciendo Singapur y como México lo hizo hace algunos años.