El sábado comienza el nuevo sexenio. Y ya no habrá excusas: Andrés Manuel López Obrador tiene todas las condiciones para dar resultados. Una mayoría amplia en el Congreso y estabilidad económica. Lo que pase o lo que no pase, será responsabilidad absoluta, y sin matices, del presidente de la República y los hombres y mujeres que lo acompañan en su gabinete.

Las expectativas son muy amplias, pero considero que hay tres promesas que López Obrador deberá cumplir en los primeros años de su administración. La primera, el presidente electo se comprometió a erradicar la corrupción del país. Su promesa no admite falsas interpretaciones: me comprometí con el pueblo de México a acabar con la corrupción -lo dijo el domingo pasado. Si no vemos resultados pronto en esa agenda, la credibilidad de López Obrador será puesta en cuestión por las y los ciudadanos. Él dijo que con su sola presencia, se iba a acabar con la corrupción; nosotros creemos que se necesitan instituciones y vamos a seguir apostando por esa vía.

Segundo, una promesa de López Obrador fue pacificar al país. Para ello, dice que va a militarizar el país a través de la guardia nacional. Nosotras y nosotros como perredistas no creemos que ésa sea la salida, y votaremos en contra de una propuesta que no es democrática, pero le exigiremos resultados. México necesita un auténtico modelo de seguridad ciudadanía, con policías competentes y coordinaciones, no manotazos en la mesa que nos recuerdan a un pasado autoritario que queremos olvidar.

Y tercero, se comprometió a dejar un país más justo. Sabemos que México es un país desigual y con brechas económicas que son injustificables. Al igual que al presidente electo, nos preocupa lo que la desigualdad supone con la exclusión de millones de mexicanos y mexicanos. Sin embargo, no creemos que la desigualdad se pueda combatir con las fórmulas del pasado. Estaremos atentos para evitar que el clientelismo y el corporativismo imperen durante estos años. Queremos un México más justo y equitativo, pero entendiendo la política social como un derecho y no como una prebenda.

No queremos sabotear el Gobierno de López Obrador. Nosotras y nosotros estaremos ahí para recordarle que las y los mexicanos votaron por un cambio hacia la izquierda y no por una restauración. Votaron por un modelo de seguridad no militarizado, por mejores salarios, por echar atrás la nociva reforma energética, por combatir a la corrupción con instituciones sólidas y por un país menos desigual. Nuestra oposición será llevar a López Obrador a cumplir con sus promesas en momentos en donde parece desdecirse de propuestas que hizo por años.

México no resiste otros seis años de incompetencia en el Gobierno Federal. Las y los perredistas estaremos firmes en la defensa de las agendas que amplíen libertades y derechos a las mexicanas y mexicanos. Estaremos vigilantes de un Gobierno que llegó por la vía democrática y que no debe coquetear con el autoritarismo. Ni centralismo, ni clientelismo, ni unilateralismo. Le pedimos a López Obrador que sea un demócrata y tendrá colaboración de nuestra parte. Si no, nos tendrá enfrente.

Dip. Verónica B. Juárez Piña

Vicecoordinadora del GPPRD en la Cámara de Diputados