Los seguidores de López Obrador me tupieron el día que escribí que en las empresas es difícil que el perfil para dirigir cualquiera de ellas sea 99% honestidad y 1% capacidad, hablando de la particularidad más destacada por el presidente en los funcionarios que le acompañan en su gobierno.

Lo menos que me dijeron en esa ocasión fue que una cosa es dirigir una empresa y otra diferente es conducir a un país. No es momento de defender mis argumentos; lo hice cuando se me vinieron encima los defensores de AMLO, pero solo me gustaría preguntar hoy esto: ¿a quién pondrían ustedes a dirigir una panadería? ¿A un panadero o a un político? ¿A quién nombrarían para dirigir a la CFE? ¿A un experto en ese giro o a un político? ¿Y a Pemex? ¿Y para dirigir la Secretaría de Seguridad Ciudadana? ¿A un experto en temas policiacos, en inteligencia o a un político? ¿Y en el IMSS? ¿Y en el Infonavit? ¿Y en el ISSSTE?

Les platico: Zoé Robledo, el bisoño director general del IMSS abrió a todos los trabajadores, jubilados, de base o de confianza de ese instituto la posibilidad de ser delegados estatales, pero siempre y cuando cumplan con unos cuantos requisitos, a saber:

La convocatoria está abierta a todos aquellos con antecedentes “B” del IMSS incluyendo al personal en el régimen IMSS-Bienestar.

Las características genéricas que se buscan en los candidatos a ocupar la titularidad de cualquiera de los órganos de operación administrativa desconcentrada en las entidades federativas -delegaciones, en el lenguaje común- son: Ser ciudadano mexicano en pleno ejercicio de sus derechos; tener al menos 10 años de antigüedad institucional, los cuales pueden ser acumulados, no necesariamente consecutivos; cédula y título profesional de licenciatura en medicina o enfermería y contar con una especialidad acreditada con diploma o similar; habilidades de liderazgo; negociación y trabajo en equipo; gestión de calidad y administración de riesgo; gestión o dirección de cambio; manejo de conflictos y del estrés.

Y -aquí viene lo mero bueno- tener estudios concluidos de maestría o doctorado en áreas administrativas de servicios de salud, de preferencia pública, no privada; acreditar mínimo 500 horas mínimo en diplomados o cursos de administración, aunque éstas no hayan sido tomadas de manera continua o consecutiva. Como dice la irreverente de mi Gaby: “¿Quieres más o te guiso un huevo?”

Al anunciar lo anterior, Robledo dijo que con esto se acabó la época de los ahijados, hijos de políticos encumbrados hoy y de antaño y recomendados. Tan tan.

Todo eso está como para que sea copiado por los directores generales del montonal de empresas, instituciones, organismos, anexos, conexos y similares del gobierno federal, de los estatales y municipales.

El problema es que si las bases de esta convocatoria del IMSS se aplican a raja tabla, en un descuido los primeros que no la van a librar son los propios directores generales y para muestra, un simple botón:

Zoé Robledo dice en su currículum oficial, replicado en Wikipedia, que -para empezar- es un político mexicano miembro del partido Morena.

Dice que estudió la licenciatura en Ciencia Política en el ITAM y que obtuvo el Premio Nacional de Periodismo en el 2008.

En el 2010 fue diputado local en el Congreso de Chiapas, del cual fue presidente de julio del 2011 a febrero del 2012. Del 2012 al 2018 fue Senador de la República, luego, siendo diputado federal fue invitado por el presidente para ocupar la Sub Secretaría de Gobernación y de ahí, polifacéticamente brincó a la dirección general del IMSS.

Siguiendo con su formación académica, hizo estudios complementarios en la Universidad George Washington, supongo que en Ciencia Política, pero no lo especifica. Tampoco dice su CV si terminó alguna maestría ahí.

La misma indefinición se aplica a sus estudios en la Universidad Complutense de Madrid y en la Escuela de Gobierno John F. Kennedy de la Universidad de Harvard.

Lo que sí precisa su carta de presentación es que tiene una maestría en Derecho por la UNAM y como cháser, se ha especializado en temas de política internacional, procesos electorales, estrategia política y tendencias sociales.

Esto último es lo único que más o menos tiene que ver con su función al frente del IMSS, pero hurgando en su bagaje académico y en su experiencia profesional, no tiene en su haber ni un simple curso de enfermería básica para principiantes o uno intermedio de camillero.

¿Se vale que el director de una organización pida a sus colaboradores lo que él mismo no tiene? ¿Con qué autoridad va a sancionar una mala práctica en materia de salud, si Zoé de “salud” quizá lo único que sabe es usar esa palabra cuando oye estornudar a alguien?

Uno de los principios básicos de la administración -privada y pública- es que las cabezas sepan hacer lo que ordenan, porque de lo contrario, van a depender de “intérpretes” -que se les pueden colar como achichincles o incondicionales- que les traduzcan del español al español las incidencias de la operación y administración de las instituciones que dirigen.

1.- Está bruto que Zoé pida que sus delegados tengan doctorado en temas relacionados con salud pública o mínimo maestría. El es máster en un tema que nada tiene que ver con el funcionamiento del IMSS.

2.- Está muy bien que pida que los delegados tengan mínimo 10 años trabajando en el Seguro. Él tiene apenas unos cuantos meses ahí.

3.- De antología es que haya dicho que se acabó la época de los ahijados y recomendados. Pero resulta que él es parte de una familia de políticos que lo han sido por más de medio siglo e hijo de uno de los gobernadores que menos tiempo ha permanecido en el cargo en México y creo que en el mundo: Eduardo Robledo Rincón, quien ganó las elecciones y tomó protesta como mandatario de Chiapas el 8 de diciembre de 1994, pero fue obligado a renunciar 59 días después por exigencias del EZLN.

¿Se vale esto? Si la respuesta es afirmativa, estamos ante una incongruencia contra las mejores prácticas que existen a nivel mundial.

CAJÓN DE SASTRE

“Se te olvida en tu análisis, que Zoé es amigo personal del presidente López Obrador, quien dijo que se trata de una persona honesta y que por eso lo puso al frente del IMSS. No dijo que fuera capaz para desempeñarse en ese puesto, pero a como están las cosas en México, parece que con que alguien no sea corrupto, es suficiente para que consiga chamba en el gobierno, no le hace que riegue el tepache, con que no se lo robe, nos damos de santos”, dice la irreverente de mi Gaby.

placido.garza@gmail.com

PLÁCIDO GARZA. Nominado a los Premios 2019 “Maria Moors Cabot” de la Universidad de Columbia de NY; “Sociedad Interamericana de Prensa” y “Nacional de Periodismo”. Forma parte de los Consejos de Administración de varias corporaciones. Exporta información a empresas y gobiernos de varios países. Escribe para prensa y TV. Maestro de distinguidos comunicadores en el ITESM, la U-ERRE y universidades extranjeras. Como montañista ha conquistado las cumbres más altas de América.