México es un país que ha logrado grandes avances en el área de la salud.
En los últimos 40 años:
* Se erradicaron enfermedades como la Polio y el Sarampión.
* Se abatió la mortalidad de madres y niños.
* El SIDA pasó a ser, de una muerte segura, a una enfermedad crónica controlable.
* Contamos con uno de los esquemas de vacunación más completos y efectivos del mundo.
* Se estableció el Seguro Popular como una vía de acceso a la salud para los más necesitados.
Estos puntos positivos han traído como consecuencia una situación paradójica: Los mexicanos morimos más viejos.
La esperanza de vida se ha incrementado y en el año 2050 será de 79 años. México tendrá más habitantes, estos serán más viejos y tendrán un nuevo tipo de enfermedades, las crónicas no transmisibles:
* Hipertensión
* Obesidad
* Diabetes tipo 2
* Enfermedad vascular cerebral
Además, un mayor número de mexicanos serán afectados por las consecuencias de la vida moderna: Accidentes y violencia, que en muchos casos conllevan invalidez o grandes y lentos procesos de rehabilitación.
En este escenario, sería lógico pensar que el dinero dedicado a la salud de los mexicanos debe incrementarse. Pues no, en México por absurdo que parezca, el dinero para la salud disminuye cada vez más.
La semana pasada se dieron a conocer los resultados de un estudio comisionado por la AMIIF, titulado: ?Estudio sobre la inversión de salud en México?. Los resultados de este estudio fueron muy poco alentadores, por no decir, escalofriantes:
1) De los países registrados en la OCDE, México se queda atrás en cuanto a los recursos destinados en salud. En promedio, los países invierten 8.9% de su PIB en salud: Mientras España invierte casi el 10% de su PIB en ello, México sólo un rezagado 6.2%. Eso nos deja debajo de Chile, Polonia, la República Checa y apenas arriba de Turquía.
2) En 2013, México invirtió $1,048 dólares por habitante, cuando debería ser el triple, tomando en cuenta el promedio de la OCDE.
3) En México, casi 19 millones de personas no cuentan con cobertura de salud: Ni IMSS, ni ISSSTE ni Seguro Popular. Sencillamente no tienen nada.
4) El gasto de bolsillo, es el dinero que la población utiliza para pagar atención médica, medicinas y que no le es reembolsado o cubierto por ningún seguro o servicio. Este monto llega a representar en México, cerca del 45% del gasto en salud.
5) El estudio confirma datos que no son ninguna novedad para cualquiera que haya sido paciente del IMSS, ISSSTE o las Secretarías de Salud Federal o estatales: Falta mucho equipamiento y recursos, tanto humanos como materiales.
(El estudio se puede descargar de esta liga: http://todossomospacientes.org).
Entre los fenómenos verdaderamente irónicos de la salud en nuestro país, encontramos el enorme desabasto de medicamentos. México cuenta con medicamentos de primera ya aprobados en el Cuadro Básico, para tratar enfermedades complicadas como el cáncer, sin embargo, estos no llegan al paciente por que no se realizan las compras adecuadas o por que la burocracia se enreda en el sistema de abasto.
En ese sentido, es verdaderamente ofensivo escuchar a las autoridades alardear que llevamos un ?ahorro acumulado? de $8,300 millones de pesos en medicamentos e insumos. ¿Qué? ¿Cómo? ¿Ahorros?
Es que no necesitamos ?ahorros? en salud. Qué bueno que negociaron bien, pero lo que necesitamos es que esos $8,300 millones se utilicen en adquirir más medicamentos y más insumos.
México requiere más dinero en salud, para un numero más grande de habitantes con problemas cada vez más complejos. Sin embargo, en el presupuesto 2016 se contempla un recorte del 6.6% que equivale a $5,000 millones de pesos.
(Fuente: Presupuesto de Egresos de la Federación 2016. Versión Ciudadana).
Es claro que a la administración actual no le salieron las cuentas. Se esperaban ingresos petroleros que no se dieron y los efectos económicos de las reformas tardarán más de cinco o diez años en ser visibles.
Mientras tanto, el país tendrá una nueva mortalidad: La mortalidad cada vez más grande, de una población con enfermedades crónicas que no pudo controlar, en medio de un sistema de salud cada vez más ineficiente, insuficiente y castigado.
El autor es Médico Cirujano y consultor en Comunicación en Salud.