Si usted no ha tenido oportunidad de ver en Netflix el documental de la serie “Dirty money” (dinero sucio), permítame darle un resumen del primer capítulo El primer episodio de dicha serie de documentales, se refiere al fraude que la empresa Volkswagen operó en los Estados Unidos con el sistema de emisiones de sus motores a diésel. La empresa, al no poder cumplir con los estándares determinados por las leyes de los Estados, crearon un chip que detectaba el momento en el que los motores se encontraban en los dinamómetros de los centros de verificación, y acto seguido, alteraban el comportamiento de los motores, los cuales entregaban información que le permitiera obtener el certificado para circular.
Este fraude, le reportó a la empresa alemana, miles de millones de dólares en ventas de vehículos con las características mencionadas, los cuales, se empezaron a vender de manera significativa, ya que el precio del diésel es menor al de la gasolina común.
Una vez que el fraude fue detectado, el emporio automotriz continuó intentando engañar a las agencias ambientales americanas, hasta que finalmente una fiscalía creada especialmente para buscar evidencias de lo que Volkswagen estaba haciendo, tuvo suficiente evidencia para acorralar a los funcionarios de la empresa, mismos que no tuvieron más que aceptar el engaño. Las agencias de justicia impusieron una multa millonaria a la empresa alemana, y como dijo el fiscal, esperamos que esta multa sea lo suficientemente grande como para disuadir a los demás fabricantes de autos a intentar hacer algo similar.
¿A qué viene toda esta reseña? A que el día de ayer, el gobierno de la CDMX, anunció que condonará el 100 por ciento de multas, recargos y gastos de ejecución sobre adeudos en el pago de contribuciones como predial, agua y tenencia, así como de impuestos por adquisición de inmuebles o sobre nómina.
Lo anterior fue anunciado por el jefe de gobierno, Miguel Ángel Mancera, quien mencionó que quien se acoja a este programa, sólo tendrá que pagar la cantidad que se haya generado por su consumo o impuesto sin importar el año de ejercicio fiscal; lo importante dijo, “es apoyar a la ciudadanía para que se ponga al corriente”.
Lo vergonzoso de esto, es que a diferencia de nuestros vecinos del norte, donde se castiga a los que infringen las leyes, aquí los premiamos condonándoles las multas. Qué diferente sería si hiciéramos lo contrario, y que pusiéramos castigos tan ejemplares, que las personas optaran por cumplir con sus obligaciones, en vez de saber que si esperan suficiente tiempo, estas serán indultadas.
Esta premiación de ilegalidades es la que afecta a la economía, ya que promovemos la ilegalidad, y todo esto desde el gobierno mismo. Como por ejemplo, cuando no retira a los ambulantes que venden piratería; a los puestos callejeros que hacen competencia desleal a los establecimientos debidamente instalados, que pagan impuestos y que cumplen a veces con absurdas leyes de sanidad y seguridad, mientras que los otros, se vuelven focos de contaminación e ilegalidad.
Qué vergüenza que el gobierno en lugar de castigar mediante una acción apegada a la ley, premie a los morosos, a costa del dinero de los contribuyentes que sí cumplimos, “estúpidamente en tiempo y forma”, con nuestras obligaciones. Si el señor Mancerá quiere regalar dinero a los morosos, que utilice el suyo y no el de los contribuyentes que cumplieron con sus obligaciones, ya que ese dinero no recibido nos afecta a todos. El jefe de gobierno debería estar para hacer cumplir las leyes, cuidar el ejercicio de los recursos que a través de los impuestos y otras formas de recaudación recibe la CDMX, ¿qué clase de gobernante beneficia a los ilegales e incumplidos en vez de hacer cumplir las leyes? Uno que definitivamente, ¡no tiene vergüenza!, por no decir que no tienen madre.