El último mes, poco antes de que iniciara la publicidad oficial previa al Tercer Informe de Gobierno, el presidente Enrique Peña Nieto ha cambiado drásticamente su manera de dirigirse a la ciudadanía, y básicamente, su manera de actuar. Hace transmisiones en Periscope, visita "sorpresivamente" comedores rurales en Guerrero, y hasta bromea con algunas situaciones -como los calcetines. 

Todo esto forma parte de una estrategia para mejorar la imagen de la ciudadanía hacia el presidente, aunque, con casos como el de la Casa Blanca y la burla que fue la exoneración, no están teniendo mucho éxito. 

El domingo, el Grupo independiente de Expertos (GIEI) perteneciente a la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos, presentó un informe sobre sus indagatorias dentro del caso de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, en donde concluyen que, básicamente, la PGR no está haciendo bien su chamba. El resultado más aplastante es que, según ellos, no hay pruebas contundentes de que los estudiantes fueran incinerados en el basurero de Cocula. 

Peña Nieto y la PGR no pueden ignorar esto. Ambos respondieron, asegurando que se considerará el estudio de la Comisión, pero en este caso tiene que ser más de un tuit. 

Aquí dejo 5 razones por las que, desde mi perspectiva, el Gobierno Mexicano no puede ignorar, en la práctica, estos hechos. 

1.- Me comenta un profesor -abogado internacional- del Tecnológico de Monterrey Campus Querétaro, que México es algo así como el 'hazmerreír' de las instituciones internacionales, pues firma todo, pero no cumple nada. Recuerdo, con pena, el caso en el que el relator de la ONU para prevenir la tortura dio un informe con respecto a este doloroso tema, y no solo fue ignorado, sino que la SRE sacó todo un comunicado explicando por qué no tenía razón. Si Peña quiere mejorar su política exterior y quitar esa imagen de que México se pasa todos los tratados por el arco del triunfo, tiene que hacer algo. 

2.- Diarios de todo el mundo no han tenido tregua con Peña. El País, Time, The Economist, Financial Times, The Wall Street Journal y Le Monde son solo algunos de los que lo han criticado con sus respectivos reportajes, columnas y siempre bien argumentado. Muchos de ellos aseguran que uno de los errores garrafales de Peña es que no acepta ayuda del exterior, y se centra en un discurso "incierto", lo que lo convierte en "impopular". Con los obvios intereses que tiene Peña en ser bien percibido en todo el mundo, debe atacar el tema de la "desconfianza" modificando la investigación e incluyendo los datos de la CIDH. 

3.- El caso de los 43, el Chapo, la Casa Blanca, y todos los escándalos del último año han sonado muy fuerte en todo el mundo, lo que en su momento puede afectar las inversiones extranjeras que son tan necesarias ahora que la Reforma Energética está entrando en vigor. Ya vimos que la primera licitación no fue tan bien como se esperaba, por lo que Peña deberá tomar medidas fuertes para cambiar la percepción de inseguridad que reina en todo el mundo. Una buena política, dado que es un organismo internacional, es tomar medidas para que los datos de la CIDH sean incluidos en las investigaciones. 

4.- El próximo 26 de septiembre habrá movilizaciones en todo el mundo por el caso de los estudiantes desaparecidos. Si el Presidente quiere mitigar el negativo efecto que esto tendrá sobre su administración, deberá anunciar, públicamente, un cambio en las investigaciones de tal suerte que se incluyan las conclusiones de la CIDH. Tendrá que dejar claro (ya sea a través de un mensaje a la nación, o una conferencia de prensa) que el Gobierno Mexicano agradece y toma en cuenta el apoyo internacional, y que, por lo mismo, habrá cambios pertinentes en la línea de investigación. 

5.- Dejando de lado la política, se ve a todas luces que la CIDH hizo un trabajo que en la PGR no han podido hacer, o no han podido presentar de manera tan convincente. La confianza ciudadana hacia esta institución, y la desconfianza a la Procuraduría, deja claro que no hay manera en la que el Gobierno pueda ignorar el informe y salir bien parado. Desde el punto de vista técnico, les conviene usar las anotaciones de la Comisión para resolver el caso. Desde el punto moral, están obligados. Desde el político, no tienen escapatoria. 

Si es que el presidente quiere continuar con la estrategia para mejorar su imagen, y que ésta tenga el efecto deseado (que lo dejen de repudiar), tendrá que traducir esta nueva imagen en acciones, y esas acciones deberán reflejar la confianza en las instituciones internacionales a las que México pertenece. De lo contrario, Ayotzinapa seguirá siendo -y con justa razón- esa piedrototota en el zapato que no lo deja caminar. 

Escríbeme, @memocalzada. 

¡Saludos!