2 de mayo de 2024 | 06:53 a.m.
Opinión de Carlos Ricalde

    Quédate en casa

    Incertidumbre sin pausa
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    Los demás, guardados, ante el miedo

    De un fantasma que ataca por la espalda.

    Otro miedo nos agobia, es el silencio,

    Porque el tiempo ha gastado las palabras

    Porque el tiempo es agua entre las manos

    Porque el tiempo es dispendio en el encierro

    En el momento que aceptamos confinarnos

    El pensamiento se redujo a un calabozo,

    Perdió su libertad, mostró su mansedumbre,

    Mentira que el tiempo sobra cuando se frena

    Mentira que convives cuando el pan no alcanza

    Hoy me escondo de un duende miserable

    Dicen que soy por viejo una víctima aceptable

    Y a él, verdugo pequeñito, letal e implacable,

    Digo no temerle, que mi puerta está abierta

    Y sin embargo, no salgo y nadie entra

    Un suspiro la distancia entre la puerta y la calle

    Asfixia interminable entre el tiempo y mis hijos

    Incertidumbre sin pausa, sin otear la otra orilla,

    Las ardillas mirando con asombro a mi ventana

    Y yo buscando su mirada para sacar algo de casa

    Carlos Ricalde

    Pandemia del 2020