Algunos analistas y periodistas especializados, centran su crítica respecto a la disminución del crecimiento económico, y explican que éste depende de la inversión pública y privada y éstas a su vez de las condiciones de confianza que en el ámbito nacional prevalezcan. El caso es que anuncian que el país ha entrado a una etapa de recesión económica justo en este primer año de gobierno debido a errores de política económica y a señales de un manejo ineficaz de los programas y acciones que se tratan de implementar y cuya consecuencia es, precisamente, que se frene la inversión y por tanto el crecimiento de la economía y del empleo. Tiran la piedra y esconden la mano. 

Así las cosas se observa una disyuntiva: por un lado los que buscan culpables y por otro los que buscan soluciones. Desde luego a los inversionistas no se les puede culpar de levantar las manos y dejar de invertir o tomar riesgos, en tanto no se aseguren de que el gobierno no los va a perjudicar; de este modo sólo queda en el escenario los que buscan de alguna manera resolver el tema del crecimiento. Sin crecimiento todo se complica, no hay empleo, no hay dinero, no hay ventas, la recaudación mengua, las rentas y las colegiaturas se atrasan, en fin, repito, todo se complica. Y aunque cada inicio de sexenio es lo mismo y a veces ha sido peor, el actual lleva una carga ideológica extra y la percepción de que se encamina hacia un régimen abiertamente populista y marcadamente dictatorial. Como un Papa, popular y autoritario, no se ve mal. 

Pero solo es eso, una percepción que remiten los grupos opositores y afectados que desde luego usan para justificar su inconformidad. En una economía capitalista subdesarrollada como la nuestra siempre ha sido así. En el primer año de gobierno se frena casi todo. El gobierno porque siendo nuevo requiere de un cierto tiempo para organizarse y retomar los programas de inversión en marcha o los proyectos de inversión prometidos en campaña; el sector privado porque, ya se dijo, desconfía y espera ver que rumbo toma el nuevo Jefe. De hecho el primer año es más pesado porque los inversionistas sacan dinero del país comprando dólares como una forma de protección. Recordemos que la crisis reciente más ruda de primer año, al inicio del Presidente Zedillo, fue exacerbada por sacadolares y sin embargo en los años posteriores se logró un periodo de fuerte crecimiento. Tampoco se debe olvidar que nos dejó una tan desproporcionada como injusta deuda con el Fobaproa. Como sea, unos por desconfianza y otros por inexperiencia, la inversión se frena, sin embargo, algo se tiene que hacer y obviamente iniciarlo se vuelve una responsabilidad del gobierno. No hay camino -asegura el poeta- se hace camino al andar. 

Hay por lo menos dos vías para reiniciar el crecumiento, es decir, de aplicar un detonante. Una de ellas es la reconocida importancia de la inversión y otra es un fuerte gasto público. Cuando la inversión se frena claramente como ahora, el camino alternativo o la salida inmediata, es ejercer el gasto público con el propósito keynesiano de crear demanda efectiva de manera urgente. Digamos que aquí está la clave: crear Demanda Efectiva, que no es otra cosa que tener dinero real en los bolsillos para comprar. Basta, para crearla, con que el gobierno asigne dinero a las personas cuya propensión al consumo de productos básicos sea alta. Este objetivo se logra, por ejemplo, otorgando programas de becas, aumentando pensiones, ayudas para amas de casa, mantenimiento urbano, reparación de carreteras etc. En cuanto las personas de bajo nivel de ingresos reciben un aumento en dinero, de inmediato lo gastan en productos básicos, por ejemplo en calzado. El que lo vende nota un aumento en la demanda y a su vez hace un pedido mayor al fabricante, éste incrementa sus compras de materia prima, tal vez nueva maquinaria y contrata a nuevos empleados y crecen las ganancias y la recaudación de impuestos y así podemos seguir hasta donde usted, apreciado lector, se lo imagine. La economía vuelve a crecer y no precisamente por arte de magia. Ayúdame que yo te ayudare.  

Finalmente, por mucho que se bregue sobre el crecimiento económico, nunca será un análisis completo si algo no se dice sobre el desarrollo de esa economía. Dicha omisión puede ser por desconocimiento o por dolo, ya que el crecimiento se muestra con una simple medida de magnitud, en tanto que el desarrollo además de magnitudes conlleva medidas de carácter político, ético, moral, sectorial, regional y social entre otros, en razón de que analiza la forma en que se distribuye la riqueza generada o, lo que es igual, como se concentra dicha riqueza. La corrupción la impunidad y la simulación son graves obstáculos al desarrollo o, si se prefiere, algunas de las causas del subdesarrollo. Unos multiplican, otros dividen. 

RENDIJAS 

1. La civilización no elimina la injusticia, la perfecciona. (Voltaire) 2. A mayor crecimiento económico, mayor desastre ecológico. 

3. Se prohibió el uso de popotes de plástico, ¿toca turno a los condones de látex? 

Pibihua2009@gmail.com 

Mayo 19 del 2019.