En varias ocasiones hemos oído que Andrés Manuel López Obrador es un peligro para México, también hemos escuchado el uso y abuso del término peyorativo “populista”; lo anterior en particular, ha perjudicado bastante la imagen pública del candidato a la presidencia. Debemos considerar injusto que los medios de comunicación y sus estratagemas sean los principales culpables del deterioro de su imagen en una democracia.
Hemos luchado mucho tiempo para conseguir la cimentación de la democracia en nuestro país, pero parece ser que el IFE ha sido una pérdida de tiempo y dinero para el pueblo Mexicano, puesto que el objetivo de ésta institución ha estado subordinado completamente por los medios de comunicación más grandes de nuestro país; los cuales son: Televisa y Tv Azteca.
La palabra “populista” y el lema de “un peligro para México” han sido dos estímulos semióticos dirigidos hacia la población, que han destrozado la imagen de una persona, y el futuro de nuestro país. El término “populismo” ha sido usado para criticar a líderes carismáticos adulados por el pueblo, usando a éste último como medio para satisfacer sus actividades demagógicas, todo esto para beneficiar a unos pocos; los populistas ejercen gobiernos autoritarios; como: el Peronismo en Argentina y el Varguismo en Brasil. Son gobiernos que se caracterizan por ser “paternalistas” y por apoderarse de los símbolos nacionales, para crear un sentimiento nacionalista dentro de la sociedad y así seguir manteniendo su poder durante varias reelecciones.
Ahora bien, Andrés Manuel no ha tenido el poder, porque alguien tenia la democracia en sus manos, debido a esto no ha hecho actividades demagógicas, al contrario, él quería aclarar el fraude electoral, sin embargo, son los medios de comunicación los que le han hecho a él y al pueblo de México este tipo de actividades, ya sea omitiendo parte de su discurso o tergiversando la realidad, también han emitido insistentemente estímulos negativos como el lema de “un peligro para México”.
Los dos medios de comunicación masiva, antes citados, perjudican la cultura del país y engrandecen la ignorancia de la sociedad. Por otro lado, han comparado a AMLO con gobiernos autoritarios de América Latina: el castrismo en Cuba y el chavismo en Venezuela, que no tienen nada que ver con él.
Por último, para aclarar lo de los símbolos nacionales, pongamos simplemente el ejemplo del PRI con los colores de la bandera detrás de sus siglas.
En rigor, los medios de comunicación necesitan urgentemente un control férreo del gobierno, para lograr democratizar al país; son tan poderosos que han logrado, a base de mentiras, degradar la imagen pública de un candidato para su conveniencia, además de beneficiar sólo a un sector privilegiado de la sociedad y finalmente gobernar al país y a su cultura. La democracia es de todos.