En la Expo Fraude 2012, montada en el zócalo capitalino por parte de las izquierdas políticas comandadas por Andrés Manuel López Obrador, se han presentado objetos que a juicio de la parte acusadora representan las pruebas inequívocas de la compra y coacción del voto en las pasadas elecciones presidenciales del 1 de Julio del presente año.En la exposición se dieron a conocer varios objetos entre los que destacan, las playeras, las gorras, paraguas, útiles escolares, cilindros, entre otras cosas, incluidas las tarjetas Soriana y Monex; pero lo que mas sorprendió a la gente del concurrido acto, fue la presentación por parte del Stand del PT de Zacatecas de un chivo en un corral, gallinas y pollitos, dando mucho de que hablar entre los asistentes, surgiendo las burlas no solo entre los mismos, también entre la comunidad de las redes sociales, y en cierto modo, tienen razón.A nadie extraña la compra de votos por parte del PRI, es parte de su esencia(no digo que este bien), tampoco extraña a nadie que se regalen playeras u otro objeto, todos los partidos lo hacen, aunque es ilegal, lo siguen haciendo. Pero si sorprende que en la presentación de pruebas supuesta mente "fehacientes" de la compra y coacción del voto, presenten a unos animales(no hablo de ningún político) que bien podría ser adquiridos por cualquier persona y presentados como tal, es ilógicos, y llega a parecer hasta absurdo e ingenuo que el Tribunal Electoral tome como prueba a los mencionados animales.Nadie niega que el voto haya sido coaccionado, nadie niega tampoco que haya habido un fraude descarado del PRI, pero ante esta situación y tomando en cuenta la seriedad de la misma, es una oblación de las izquierdas reunir pruebas que aporten claridad al juicio y a la compra de votos como tal, no se pueden exponer a quedar en ridículo no solo contra sus adversarios y el Tribunal, sino ante sus seguidores y la opinión pública que aun confían se limpie la elección, es por eso que Andrés Manuel y su equipo deben dar un vuelco radical en su plan de defensa, aportar mayor objetividad y menos calentura.
Por Anel Guadalupe