Es complicado ser taxista “de los de antes” pues en el mundo existe mucha competencia digital. Alguien que nunca ha sido taxista y que no ha tenido que hacer esos largos trámites, buscar placas, permisos y tener que unirse a un sindicato, jamás lo han vivido.

Ser taxista y ruletear no es la labor más fácil del mundo. De hecho, cada día es más complicada con las restricciones de circulación, con todo el tráfico de la ciudad y ahora con la competencia.

 

Antes los taxis eran intocables y sin competencia. Como un tigre en la selva o un tiburón en el mar, gozaban de la ventaja de ser los únicos que tenían un servicio de transporte “personalizado” para cualquiera que lo necesitara.

En la era pre-uber seguramente le tocó un taxista que le dijo que le cobraría una cosa y le cobró más. O que por andar enfiestado se quería aprovechar de la situación. También, seguramente le tocó esperar y esperar y esperar a que un taxi pasara cerca de su casa o de donde quería tomarlo para llegar a otro lado. Le tocó subir a un taxi con un conductor apestando a sudor o alcohol o mota y cuando se quejaba, la queja se iba al limbo. La época del taxi seguro y de no saber porque estaba tomando un camino distinto al habitual.

Estar en la parte más alta de la pirámide alimenticia hacía que estos casos fueran cada vez más regulares. Y sí, hay muchísimos taxistas honrados y honorables que tienen limpio el coche, que tiene hábitos higiénicos y que no buscan “agandallar” al pasaje paseándolo. Pero, muchos no y esos son los que lentamente fueron matando al servicio de taxi como lo conocíamos anteriormente.

En ocasiones, pudiera parecer que el sacar unas placas de taxi y una licencia de conductor de taxis hacía a estos choferes algo diferente a los demás, hasta que llegó el momento de la cartita a Santa.

 

Si usted era usuario regular de los taxis, seguramente tenía un deseo secreto o varios sobre el servicio. Que la unidad estuviera limpia, que pasara por usted exactamente donde lo deseara, que supiera por dónde estaba manejando y que lo llevara con seguridad a donde lo deseara. Otros deseos más específicos como el partir la tarifa donde son varios o compartir el taxi con alguien que va al mismo destino es parte de los deseos de varios también.

Pues de algunas de esas cosas las “cumplió” Santa y ahora con un click y suficiente saldo en su teléfono inteligente puede pedir un taxi sin problema donde esté y a la hora que lo necesite. Casi siempre hay un conductor de Uber dispuesto a llevarlo a casa, al trabajo, al aeropuerto, al antro, a muchos lugares sin el problema de tener que hablar a una caseta donde no se sabe si el taxi va a llegar o no.

Si le sumamos lo de las unidades limpias, cómodas, lo de los choferes no apestosos, el saber más o menos cuánto va a costar el viaje, saber quién nos lleva y poder quejarnos de algún tema del transporte, pues bueno, eso hace que aquel viejo depredador taxista empiece a desaparecer cuando un servicio infinitamente superior aparece.

 

Después de 12 horas de bloqueo y cuatro horas de negociación en la Secretaría de Gobernación los integrantes del Movimiento Nacional Taxista y el gobierno llegaron a cuatro acuerdos:

1.Se suspenden los bloqueos a las vías de comunicación por parte de los taxistas.

2.Se llevarán a cabo reuniones periódicas con los equipos jurídicos del Gobierno Federal, los gobiernos de la Ciudad de México y del Estado de México, y de la organización, a fin de concretar una ruta jurídica para que las instancias competentes determinen la legalidad de las aplicaciones móviles.

3.Regularizar los operativos que realiza la Secretaría de Comunicaciones y Transportes a nivel nacional en las zonas federales.

4.Reunión el lunes 14 de octubre de 2019, a las 13 horas, en la Secretaría de Gobernación.

Al llegar a estos cuatro acuerdos, los taxistas prometieron no hacer más manifestaciones que ahogarían a la ciudad de nuevo.

 

Pérdidas laborales, de vuelos, niños y jóvenes que no llegaron a la escuela y seguramente alguna emergencia que tuvo que llegar por otra ruta y más tarde a su destino. Miles de horas laborales perdidas no solo en la CDMX , en otros lugares donde las personas no pudieron llegar a su destino porque no alcanzaron a tomar un avión o un autobús.

El daño ya está hecho y seguramente muchos usuarios habituales de los taxis tradicionales están evaluando usar otro medio de transporte por el problema que les causaron. Además su “popularidad” no ha de haber quedado muy en alto con el problema que se suscitó ayer.

 

La jefa de gobierno de la Ciudad de México dio en la noche un mensaje contundente.  

“La razón fundamental por lo cual algunos taxistas hicieron estos bloqueos es porque están enojados porque el Gobierno de la Ciudad ha realizado una serie de acciones para acabar con la corrupción y garantizar la seguridad del servicio”.

“Se estableció el programa de registro obligatorio de taxis, para asociar la placa con sus conductores responsables. Estamos comprometidos con la modernización del servicio y por ello desarrollamos desde el Gobierno, una aplicación telefónica gratuita que ya está disponible para taxistas, y que ayuda a los usuarios también con un botón de auxilio”, explicó Sheinbaum.

La jefa de gobierno también comentó que el problema de ayer fue suscitado por el 0.4% del total de taxistas que no está de acuerdo con las medidas que ha implementado su gobierno para limpiar de corrupción a los taxistas.

 

Los taxistas tradicionales tendrán que mejorar sus prácticas para no morir como servicio. Tendrán que compartir con la competencia digital a los probables usuarios. Habría que entender, la demanda de taxis en la ciudad y darse cuenta de que no todos los nuevos usuarios de servicios de transporte serían usuarios para los servicios digitales y viceversa.

Ya el gobierno de la Ciudad de México les está haciendo la tarea con la creación de una aplicación para dar servicio. El siguiente paso es igualar en calidad y precio a los otros servicios digitales de movilidad que se ofrecen en el mercado.

Mientras tanto en UberLandia , un chofer de este servicio posteó : “Gracias por sus marchas; atentamente: Uber, Cabify, Beat y anexas”. En una nota de Milenio, este conductor reportó que ya había completado ocho viajes para un total de mil 93 pesos ganados.

Los taxistas tradicionales deben de entender que ya no son los únicos peces en la pecera o la última cerveza del estadio. Ahora hay competencia, dura y con un servicio superior a precios competitivos. El futuro ya no es mañana, estimados taxistas, el futuro es hoy y hay que cambiar para poder competir. Y hay que recordar que somos los usuarios los que decidimos dónde gastar nuestro dinero, ahí no los puede ayudar nadie.